Cientos de personas acudieron ayer al cementerio de la Máximo Gómez a visitar las tumbas de sus progenitoras, a propósito de la celebración del Día de las Madres, encontrándose, algunas de ellas, con la dolorosa y triste sorpresa de que éstas habían sido violentadas por desaprensivos para sustraer velones, portarretratos, y otros objetos.

Es el caso de Vinicio Casado, quien compungido, manifestó su  indignación  al ver la tumba de su madre Ramona Casado parcialmente destruida y sin los velones, las flores y un cuadro que había llevado recientemente.

Otras denuncias similares fueron externadas por varios visitantes al Campo Santo que reclamaron a las autoridades municipales mayor vigilancia.

María Guzmán expresó que acudió a visitar la tumba de su hermana que murió  de un tumor en la cabeza y  se encontró con los llavines de la puerta frontal rotos.

“Sufrió en vida y ni siquiera después de muerta la dejan  descansar en paz”, dijo con voz entrecortada.

Tremendo susto pasó también Miguel Pérez, director administrativo del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, quien  encontró una parte  del nicho de su madre destruido y pensó que se habían llevado los restos.

Sin embargo, al revisar, a profundidad, se percató que aún permanecían en el lugar.

De su lado, el encargado de seguridad, Manuel Núñez, precisó que esos son casos aislados y que el cementerio está constantemente vigilado. Sin embargo, declaró que  de manera fija sólo hay cinco  agentes para la seguridad y supervisión. El funcionario  explicó que la fragilidad con que son construidos los nichos es lo que permite que se destruyan con facilidad.