Dolor de hombro en atleta joven: su rehabilitación

Dolor de hombro en atleta joven: su rehabilitación

Dr. Francisco De la Rosa M.

Medicina Física y Rehabilitación Gerencia de Medicina Física y Rehabilitación
El dolor en el hombro es una de las causas más frecuentes de consulta en las clínicas de rehabilitación. Los participantes en deportes de alto nivel son cada vez más jóvenes, así como las altas horas de exposición al deporte a tempranas edades y la especialización temprana van en aumento.

El hombro es lesionado comúnmente en aquellos atletas que participan de deportes con actividad repetitiva, lanzamientos y servicios por encima de la cabeza. Esto se debe en parte a la falta de estabilidad del hombro, a expensas de movilidad como característica particular.

Los atletas que practican deportes como la natación, el baseball, el voleibol y el tenis, entre otros que usan movimientos por encima de la cabeza, se ven expuestos a diversos factores de riesgo que precipitan este tipo de lesión, que regularmente los aleja del campo de juego, y puede, en casos extremos, sacrificar su carrera deportiva, de no tener un buen manejo.

En sentido general, el dolor de hombro es la tercera causa de consulta luego del dolor lumbar y cervical. En la consulta de Medicina Física y Rehabilitación representa el segundo lugar de aparición de síntomas en la población general y en atletas jóvenes que asisten al HGPS. Es más frecuente en lanzadores y en deportes que utilizan raquetas, presentándose como lesiones de sobreuso, y en nadadores con sintomatología asociada al manguito rotador, como resultado de componentes de pinzamiento e inestabilidad. Lo usual es encontrar los síntomas en el brazo dominante de pacientes-atletas lanzadores o tenistas, y en nadadores puede ser bilateral.
En deportes de contacto, se pueden presentar dislocaciones agudas, así como desgarros tendinosos del manguito rotador, como consecuencia de traumas contusos o movimientos bruscos de la extremidad.

Como mencionamos, el hombro tiene un alto riesgo de lesión en los deportistas que practican al tenis o al voleibol, al momento del servicio y remate, debido a la fuerte carga a la que se somete la articulación y sus estructuras blandas al momento de ejecutar la acción. Este riesgo, parece aumentar con la edad, así como con un gesto técnico inapropiado, altas horas de exposición al deporte, y el nivel de juego del atleta, ya sea recreacional o alto rendimiento.

En Latinoamérica y Estados Unidos, vemos que cada vez más jóvenes practican deporte a un alto nivel, exponiéndolos a lesiones a temprana edad, y -lamentablemente- nuestro país no es la excepción.

Lo recomendable es poder madurar a los atletas de acuerdo a su edad, permitiéndoles ir adaptándose a los cambios fisiológicos que van ocurriendo en la adolescencia, de modo tal que este proceso culmine con el logro de las expectativas esperadas, y en ese mismo orden, plantearnos objetivos y expectativas acordes con la realidad, y la progresión lógica de los atletas, respetando uno de los más antiguos e importantes principios de bioética: No maleficencia (Primum Non Nocere).

Lo más importante al manejar atletas jóvenes en deportes de alto riesgo es identificar los factores de riesgo para desarrollar lesiones de hombro, e incluso codo y muñeca, y elaborar un plan de ejercicios orientados a la prevención de lesiones.

Factores de riesgo del dolor de hombro

Los atletas que practican ejercicios con movimientos por encima de la cabeza, como los ya mencionados, han sido estudiados por varias disciplinas de la medicina, identificando factores de riesgo biomecánico que inciden en la aparición de lesiones de hombro.

Esto explica, en parte, la frecuencia con que aparecen en deportes profesionales como el béisbol, altamente practicado en nuestro país desde edad temprana con miras a llegar a Grandes Ligas. Por este tipo de lesión vemos numerosos casos en que no pueden concretar esa meta.

Estos factores de riesgo, pueden ser intrínsecos o propios del individuo, como edad y género; laxitud ligamentaria congénita o adquirida; debilidad muscular de los rotadores externos y estabilizadores de la escápula; falta de flexibilidad de los elementos posteriores del hombro, incluyendo la cápsula posterior; pobre acondicionamiento previo/pobre resistencia; pobre ejecutoria de técnica especifica o variantes anatómicas (acromio ganchoso).

Existen además factores extrínsecos, o relacionados con el medio, que también pueden precipitar la aparición de lesiones. Estos son: altos niveles de actividad: más de 75 lanzamientos en un juego, menos de 3 meses de descanso al año, especialización temprana, alta demanda del deporte: lanzamiento a gran intensidad, movimientos bruscos (gimnasia), equipamiento (tenis de campo), esta última relacionado a la vibración de la raqueta por la tensión de las cuerdas y el peso de la misma.

Sumado a estos factores de riesgo, tenemos además una musculatura del tronco débil, que quiebre lo conocido como cadena cinética, que inicia desde las extremidades inferiores, asciende al tronco (“core”) y eventualmente llega a la extremidad superior al realizar el lanzamiento o servicio en los deportes mencionados.

Manejo,  tratamiento y rehabilitación   del dolor de hombro

Regularmente, el tratamiento para las lesiones de hombro doloroso en atletas es no quirúrgico, salvo excepciones muy particulares.

Incluso en desgarros parciales del manguito rotador o el labro, se recomienda iniciar con un programa de ejercicios sumado a anti-inflamatorios no esteroidales (AINES), buscando mejorar dolor y función en las fases iniciales.

Una vez controlado el dolor a través de todo el arco de movimiento se debe iniciar la corrección sistemática de los factores de riesgo identificados en la evaluación inicial.
Los objetivos en esa fase de recuperación deben ser fundamentalmente corregir la debilidad de los músculos del manguito rotador, así como los músculos que estabilizan la escápula en el aspecto medio de la espalda: reforzar la flexibilidad de los elementos posteriores del hombro con ejercicios específicos de estiramiento, e iniciar el fortalecimiento del tronco y extremidades inferiores para mejorar la cadena cinética.

Posteriormente, se debe iniciar un programa de mantenimiento que le permita al atleta mantenerse sin lesiones, y desarrollar su deporte al nivel requerido.
Le decisión de volver al juego luego de una lesión, y seguido un programa de rehabilitación debe ser un consenso entre todos los entes del equipo multidisciplinario, e incluir en esta decisión los deseos y actitud del atleta ante ese regreso, ya que esto puede ser vital para que sea exitoso o no.

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