Las vértebras de la columna vertebral están separadas por discos que entre ellas funcionan como amortiguadores y permiten su gran movilidad. Cuando estos discos se enferman, producen cuadros muy dolorosos que incapacitan al paciente, como ocurre con las hernia discal, condición en la que el disco se desplaza presionando las raíces nerviosas y produciendo dolor y otras sensaciones. Aunque no todo dolor en la espalda es a causa de una hernia discal.

Para explicar esto mejor, el ortopeda Andy de León Valenzuela compara una hernia discal con la protuberancia que a veces se observa en los neumáticos dañados. El disco intervertebral está formado por el núcleo pulposo, un material semejante a la mantequilla, y lo envuelve un anillo fibroso. La hernia discal se produce cuando el anillo fibroso tiene un defecto por el cual sale el contenido o núcleo pulposo. Se parece a la protrusión que vemos a veces en los cauchos de los vehículos.

Según el experto, una hernia discal puede ser provocada por factores hereditarios o ser consecuencia de trabajos forzosos o mala postura.

Son frecuentes en obreros y choferes de camiones, y también pueden darse recurrentemente en algunas familias, especialmente cuando predomina la obesidad.

Según su ubicación en la columna, las hernias discales pueden ser cervicales o lumbares. El experto señala que no todas las hernias duelen, pero cuando la hernia irrita una raíz nerviosa produce un dolor que se irradia a una pierna (si es lumbar) o brazo (si es cervical). Este dolor se acompaña de incomodidad, sensación de hormigueo, adormecimiento, debilidad o alteración sensorial y dolor al elevar el miembro afectado. Si presenta estos síntomas y no mejora en las semanas posteriores, precisa atención médica profesional.

Más propensos. Pacientes obesos, obreros que no utilicen medidas de seguridad para realizar trabajos forzados, fumadores, personas que realicen ejercicio físico con mala técnica, sin guías ni cuidado para proteger la espalda, sedentarios, personas que adoptan malas posturas. levantan objetos muy pesados realizando fuerzas con la espalda son los pacientes más propensos a padecer una hernia discal, según explicó el especialista del Instituto Maternidad San Rafael.

Cambio de vida. Aunque los riesgos de una hernia discal son relativos y dependen del momento en que se detecte, sin duda los pacientes necesitan hacer cambios en su vida diaria para recuperarse. En términos generales, el sobrepeso, especialmente en la parte superior frontal del abdomen, empeora cualquier tipo de dolor de espalda. Es necesario un programa de ejercicio y dieta para mejorar el dolor de espalda en este tipo de pacientes. Casi todas las personas con problemas con los discos vertebrales mejoran con fisioterapia. Los terapeutas también pueden asesorar sobre higiene postural, cómo levantar objetos adecuadamente, cómo caminar, vestirse y realizar cualquier función diaria, enfatizó De León.

Como tratamiento se utiliza la ozonoterapia y, cuando es necesaria, cirugía.

El protagonista

Andy De León Valenzuela, MD

Ortopeda Traumatólogo, Ortopedia Infantil-Artroscopia

Diagnóstico fácil

Un examen físico y los antecedentes de dolor pueden ser suficientes para diagnosticar una hernia discal. El médico practicará un examen neurológico para evaluar los reflejos musculares, la sensibilidad y fuerza muscular. A menudo, el examen revela una disminución en la curvatura de la columna en el área afectada. El dolor en la pierna que se presenta cuando se sienta en la mesa de exploración y levanta la pierna extendida generalmente sugiere una hernia discal lumbar.