Dominados por la basura

Dominados por la basura

Hay municipios en los cuales los problemas de acumulación de basura son casuales, exepcionales. En esas demarcaciones, los ayuntamientos no tienen que contratar firmas de recolección de desperdicios ni hacer esfuerzos extraordinarios para mantener la limpieza. O los ayuntamientos son eficientes, o los ciudadanos son muy disciplinados, o ambas cosas a la vez.

Quienes no crean que es así, que se den una vuelta por Baní, Bonao, La Romana, La Vega o San José de Ocoa, para citar únicamente unos cuantos de esos ayuntamientos eficientes.

Ahora, hay municipios en los cuales la limpieza es la excepción. Los ayuntamientos de esos municipios no han dado «pie con bola» en lo que se refiere a limpieza, a pesar de que pagan a firmas privadas por ese servicio. La acumulación de basura es permanente, con picos de frecuentes crisis.

El Distrito Nacional, Santo Domingo Este, Santiago y Puerto Plata son prototipos de municipios en los cuales hay serios problemas de acumulación de desperdicios.

Cuando no es que el vertedero de Duquesa no está en condiciones, es el de Rafey el que determina una crisis de amontonamiento de basura y siempre se prometen soluciones que nunca son tales.

El caso del Distrito Nacional es inexplicable. Habiendo quedado reducida esta demarcación a solo 104 kilómetros cuadrados, en virtud de la creación de la provincia Santo Domingo con sus cuatro nuevos municipios, no se entiende cómo a este ayuntamiento se le dificulta tanto resolver el problema de la basura.

Ahora que estamos ante un pico en la ofensiva de amontonamiento de desperdicios, es previsible que vengan las explicaciones sobre las causas, acompañadas de las promesas de solución. No estaría mal que antes de la riposta, las autoridades de ayuntamientos deficientes se den una vuelta por aquellos municipios que disfrutan limpieza permanente, a ver si se les «pega» algo de la eficiencia de aquellos.

Enhorabuena

En medicina, particularmente, el diagnóstico permite al médico identificar la enfermedad, diseñar un tratamiento y administrarlo para curar al paciente. Cuando ya hay diagnóstico, pues, se puede decir que se ha dado el primer paso hacia la posible curación del enfermo.

Puestas las cosas en este contexto, nos regocijamos por unas declaraciones del secretario de Salud Pública, doctor Sabino Báez, en el sentido de que los problemas de gerencia que han afectado a los hospitales públicos se deben a que la administración de los mismos ha sido puesta en manos de políticos sin experiencia en esos menesteres.

Con un diagnóstico tan claro como ese, suponemos que el próximo paso habrá de ser el diseño de un «tratamiento» para que la administración de los hospitales sea puesta bajo la responsabilidad de técnicos con probada capacidad y experiencia en materia de salud, que los hagan funcionar de manera óptima.

Ya tenemos un diagnóstico de la enfermedad que limita la capacidad de los hospitales. Enhorabuena, porque seguro que los remedios vendrán por ahí. ¿No es así?

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