Domingo 25 de abril del 1965

Domingo 25 de abril del 1965

El segundo día del que bien pudiera ser llamado “Contra Golpe de Estado”, ocurrieron muchas cosas, entre ellas algunas lamentables, como fueron los trágicos casos de los coroneles Nivar Ledesma del Ejército y Cruz Félix de la Policía. Los que el día anterior fuimos detenidos en Radio Santo Domingo, vimos abiertas las puertas de las celdas y llevados a la presencia del general Herman Despradel Brache, quien nos dijo que íbamos a ser puestos en libertad. Y que esperando por nosotros, para conducirnos a la residencia del ex jefe policial Belisario Peguero, habían dos carros.

Bajamos a la explanada de la entrada. Y ahí se encontraban los choferes mayor Paulino Falcón y el sargento Linares. Llegamos a la casa del general Peguero. Éste tenía interés de que Peña Gómez fuera conducido a su presencia. Peña quiso que yo lo acompañara. En un escritorio, asillado se encontraba “Papá Belí”, quien se explayó en relatos, de las múltiples diligencias realizadas por él, en pro del movimiento. Nos dijo que los militares del Campamento 16 de Agosto nos estaban esperando. Y que él, en su carro nos iba a mandar para allá. De despedida le dijo a Peña Gómez. “Moreno, la Jefatura de la Policía vuelve a ser mía”.

Peña le respondió: “General, esperemos que el Profesor regrese”.

De nuevo subimos al carro de Belisario, conducido por Paulino Falcón. Ocupamos el asiento delantero, yo iba al lado del conductor, quien para demostrar su confianza, me entregó su Thompson para que se la llevara.

Llegamos al ya mencionado “Campamento”. Y allá encontramos como figura principal, al coronel Milito Fernández, quien me saludó diciéndome: “Dottore, esa no se la perdía usted. Muerto de risa iba en el jeep, como en un show. Está en la primera página de El Caribe de hoy”. Me dijo el coronel Fernández, que él tenía que realizar dos tareas importantes. Y que quería que lo acompañara. Estuve plenamente de acuerdo. Y salimos para el Puente Duarte, donde había un serio problema. Ocurría que dos tanques de San Isidro estaban rodeados por una multitud.

El puente estaba obstaculizado por grandes camiones cañeros. Y por gruesos maderos troncos como bloqueadores.

Milito habló habilidosamente con los tanquistas.

Ellos no podían cruzar el puente con sus tanques. ¡Y oh, prodigio! los tanquistas fueron convencidos. Y optaron por abandonar los tanques. Y cruzar el puente a pie. El oficial constitucionalista Marino Almánzar, mecánico de altura, se hizo cargo de las aceradas máquinas de guerra. Él tenía hombres para movilizarlas.

De ahí salí con el coronel Milito Fernández, a la segunda tarea. Durante un largo trayecto, reuniendo una multitud, de civiles y de militares. Caminábamos rumbo hacia Radio Santo Domingo Televisión, que se encontraba ocupada por soldados del Cefa.

Llegamos a la puerta principal de la Radiotelevisora. Milito les preguntó a los soldados que estaban en la puerta, quién era su comandante y requiriendo la presencia de éste, el comandante vino. Y le habló razonablemente. Le argumentó, que ya Molina Ureña se había juramentado como presidente interino, o mejor dicho, se iba a juramentar. Le señaló que el Puente Duarte estaba cerrado. Y que para evitar fricciones con la multitud se fueran por una de las puertas del patio. Así felizmente ocurrió. Y para la defensa de la emisora designada fue el bravo mayor Juan María Lora Fernández. De la dirección general quedó encargado el veterano comunicador don Luis Armando Asunción.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas