Dominicana y el «Task Force» de Naciones Unidas

Dominicana y el «Task Force» de Naciones Unidas

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
En inglés, parece una especie de unidad militar especial: «The Task Force on Environmental Sustainability», un proyecto de la Naciones Unidas para el milenio comisionado por Koffi Annan en el 2002, y que actualmente dirige el profesor Jeffrey Sachs.

Pero el asunto nos pasaría desapercibido -como pasan todos los discursos y noticias relacionados con la ONU después de lo de Irak- si no estuviera envuelta la República Dominicana, cosa que nos asombró cuando fue anunciado durante el evento organizado por la Fundación New York Times en Punta Cana.

La información suministrada por Robert DeMicco, a todos los que participábamos en el taller sobre comunicación en materia ambiental, daba cuenta de que la República Dominicana y Papua Nueva Guinea se habían constituido en los dos primeros países en «adoptar e iniciar la implementación de una serie de recomendaciones hechas por las Fuerza Unida (Task Force) para encarar problemas ambientales, los cuales están asociados a la raíz de la inestabilidad económica y a la pobreza. Las diez recomendaciones de la Fuerza Unida forman el núcleo central de este reporte, entregado a las Naciones Unidas en este mes (marzo), conocido como «Medio Ambiente y Bienestar Humano: Una estrategia Práctica».

La información, que aparentemente no se difundió en la República Dominicana, quizás porque estábamos en medio de los peores incendios forestales que habíamos conocido, relevó con ribetes históricos el hecho: «El día de hoy marca un momento histórico, cuando los líderes de avanzada de dos países en desarrollo: la República Dominicana y Papua Nueva Guinea, abrazan no solamente los principios de la sostenibilidad ambiental, sino también sus aplicaciones prácticas, dijo el profesor Don Melnick, de la Universidad Columbia, uno de los principales autores del reporte y cabeza del Centro para la Investigación del Medioambiente y la Conservación (CERC)».

La información suministrada por el «Millennium Project, Task Force: Environment» el 7 de marzo seguía diciendo: «El compromiso con la agenda de la Fuerza Unida (Task Force) por parte de la República Dominicana y Papua Nueva Guinea, es significativo, porque ambos países encaran el espectro del cambio climático, la elevación del nivel del mar, la escasez de agua dulce y la deforestación, más inmediatamente que aquellos países ubicados en la plataforma continental. Esos países (RD y PNG) están desarrollando ahora la implementación de planes para concretar la nueva, y extensa agenda, donde la realidad del desarrollo sostenible sea punto central en la responsabilidad global del combate contra la pobreza, el hambre, las enfermedades y la disparidad de género, como está establecido entre los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo».

EL RETO: SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL VERSUS DESARROLLO HUMANO

Si alguien relacionado con el medioambiente y la información pública no quiso mencionarlo antes ahí quedó dicho: el desarrollo humano se encuentra contrapuesto a la sostenibilidad ambiental.

El asunto está planteado en la hoja informativa de «Millennium Project» de marzo 7, 2005, donde se señala que » la degradación ambiental está en el centro de la mayor parte de la agenda de desarrollo global, y el reto es enorme, dada su rápida marcha y la proliferación de consecuencias para la economías locales y nacionales, la salud humana, y la seguridad nacional. Los problemas incluyen:

«Contaminación del aire a partir de la quema de madera, de plásticos, de keroseno y otros combustibles «sucios», que matan cerca de 2.5 millones de niños al año;

«Un área de bosque equivalente al tamaño de Surinam o Bangladesh (14.2 mil kilómetros cuadrados) se destruyeron cada año durante la pasada década, ocasionando deslizamientos de tierra, pérdida de suelo y emisiones de carbono;

«La sobrepesca ha sido la responsable por la pérdida del 90% de los 129 principales predadores marinos (tales como la tuna y el pez espada), atentando contra las formas de vida de pescadores de todo el mundo y causando cambios en la cadena ecológica alimenticia en los océanos;

«Un tercio del agua corriente que se consume en el mundo proviene de extracciones insostenibles, conduciendo hacia la contaminación salina de los recursos de agua dulce, descenso en sus niveles y degradación de las tierras».

HELADOS BON ENTRE LOS EJEMPLOS MUNDIALES

La fábrica de Helados Bon está citada por el «Millennium Project», de las Naciones Unidas, como uno de los ejemplos de sostenibilidad ambiental que deben replicarse en otros países. La cita dice como sigue:

«Helados Bon, una compañía privada de helados en la República Dominicana, empezó apoyando la agricultura orgánica local y los sistemas diversificados de fincas mediante la compra de frutas y productos orgánicos para sus helados. La compañía, que es manejada por una familia, también fundó, en 1992, la Reserva Científica de Loma Quita Espuela, en una de las cadenas de montañas del país para proteger los nacientes de varios de los ríos importantes del país».

Otros ejemplos citados por Naciones Unidas son el gobierno de Sudáfrica, que paga a los ciudadanos por la limpieza de sus conductos de agua de las plantas invasoras. El Departamento de Protección Ambiental de la ciudad de Nueva York, por su programa de protección al sistema de aguas establecido desde 1989. La compañía «Chiquita Brands International», que con la ayuda de «Rainforest Alliance», ha transformado las prácticas de granjas y se ha convertido en una industria líder en la producción de energía ambiental y socialmente sostenible. Y, finalmente, el Movimiento Cinturón Verde de Kenya, dirigido por la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, que plantó 30 millones de árboles alrededor de Kenya, facilitando el acceso a leña, mejorando la calidad del suelo y proveyendo de empleo a las mujeres locales.

«Estas iniciativas cívicas, gubernamentales y privadas -dice «Millennium Project»- son ejemplos de los pasos que necesitan ser replicados en todas partes del mundo para ayudar a la comunidad global a concretar los objetivos del desarrollo del milenio».

PERIODISMO Y AMBIENTE EN RD

En relación con el taller celebrado en Punta Cana por el Instituto «The New York Times», viene a colación el intento que realizamos hace algunos años para que los periodistas que trabajan las fuentes relacionadas con el medioambiente participaran en un taller sobre ecología, ambiente y comunicación, de manera que pudieran manejarse con más propiedad en el trato de las informaciones sobre esos temas.

Fue la época en que las vacas flacas hicieron su entrada triunfal en la economía diarista dominicana, llevándose huracanadamente cantidad de periodistas y trabajadores de la prensa diaria. Ahí terminó el intento.

Sin embargo, luego de cierta recuperación, es posible que se presenten de nuevo las condiciones para organizar un taller y luego varios cursos sobre periodismo y medioambiente, con los mismos propósitos antes mencionados. Si un diario como el «The New York Times» se pone en eso, es que vale la pena intentarlo. Además, los conocimientos nunca están demás.

La idea puede que cuente con el aval del Colegio Dominicano de Periodistas, de la Academia de Ciencias, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, de los periódicos, de los medios radiales y televisados, y del movimiento ecologista y ambientalista nacional.

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