Dominicanos buscan en Tórtola mejorar economía con su trabajo

Dominicanos buscan en Tórtola mejorar economía con su trabajo

Road Town.  Tórtola. Casi dos mil dominicanos viven en esta isla británica, la mayoría de ellos dedicados al trabajo digno y apegado a las normas de una sociedad inglesa que se precia de alto civismo y educación ciudadana.

“A esta sociedad se le ama y valora, sólo cuando se le conoce”, asegura Amílcar Camilo, un ingeniero, dominicano que lleva 22 años residiendo en Tórtola y que desde hace más de un año trabaja para la empresa Carimex.

Tórtola tiene unos 23,000 habitantes y un per cápita de US$38,000 millones al año.  Se trata de un país al que en materia económica se ha llamado “el paraíso fiscal”,  donde las empresas no pagan impuestos.

Sin embargo, una isla que vive del turismo tiene leyes rígidas que el inversionista debe respetar si quiere permanecer aquí.

Los dominicanos que viven en Tórtola han logrado insertarse en la construcción, el negocio de los salones de belleza y algunos técnicos calificados dan clases en escuelas.

Los cruceros

La mayor cantidad de habitantes de isla Tórtola, vive del turismo, aquí llegan hasta cinco cruceros cada día, pero la crisis económica que golpea al mundo también la afecta y ahora sólo llegan dos  por día.

La gente gana bien, pero tiene estándares de vida muy caros, hasta el punto de que un apartamento de dos habitaciones puede costar hasta US$9,000 al mes. El 90% del turismo de la isla es americano.

Los servicios de salud no son tan eficientes, pues el personal que va a estudiar a Inglaterra o Estados Unidos, por lo general no regresa a la isla. En caso de que se requieran servicios de alta complejidad, es necesario ir a San Thomas u otras de las islas norteamericanas que están en la región.

La democracia. Los  Obreros dominicanos que trabajan en la isla se maravillan del sistema democrático de aquí. “Lo que más me impresiona es ver el respecto que tiene la gente y que no hay distancias que te separen de la gente, por más alta que sea la posición”, expresa Fausto Rijos, un higueyano que trabaja para Carimex.

Aquí, un conductor puede dejar su carro abierto, sin peligro de hurto.

Testimonio

Digna Puerie, de Higüey

Por mi familia

“Soy del barrio San José de Higüey. Una viene a este país para trabajar y tener mejores condiciones de vida, de esa forme fue que logré hacer la casa de mi madre”, asegura esta joven que labora en el bar Mayeline. “Es trabajando que mantengo a mis dos hijos de 14 y 16 años, aquí una puede ganar hasta US$200 a la semana, aparte de las propinas que dan los clientes”, dice Digna, una mujer que trabaja con entusiasmo. Lo mismo puede decirse de Fausto Rijos, un chofer de Higüey que trabaja para la empresa Carimex y que conoce la isla Tórtola de arriba hasta abajo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas