Madrid. El 25 % de los más de 2,3 millones de inmigrantes latinoamericanos que viven en España cobra menos de 600 euros (670 dólares) mensuales, por debajo del salario mínimo, y casi medio millón de ellos no puede enviar dinero a sus países de origen para ayudar a sus familias.
Son algunas de las conclusiones del estudio “Remesas e inclusión financiera. Análisis de una encuesta de migrantes de América Latina y el Caribe en España”, presentado hoy en Madrid y realizado por la consultoría Novadays bajo el liderazgo del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
No hay capacidad de ahorro. El informe destaca que la capacidad de ahorro de la población latinoamericana “es limitada”, puesto que la reciente crisis económica que ha vivido España les “ha golpeado con mayor crudeza frente a la nativa». De manera que, a la ya “tradicional concentración” en puestos poco cualificados, se suma “la dificultad para encontrar empleo».
Según el estudio, el 22 % está desempleado y de los que trabajan, el 60 % lo hace en empleos poco cualificados, según se desprende de las 2.000 entrevistas con las que se realizó la investigación. No obstante, el 69 % de los emigrantes de origen latinoamericano que vive en España envió dinero a familiares en 2015, veinte puntos más que en 2007.
Según los investigadores, esto se explica porque la crisis económica provocó un “retorno selectivo” e hizo que regresaran a sus países muchos de los ciudadanos latinoamericanos que perdieron su empleo en España.
Según explicaron durante la presentación del estudio, el monto total de las remesas se redujo entre el 3 y el 7 % desde el comienzo de la crisis económica en 2008, pero mejoraron en 2015, una tendencia al alza que vaticinan que se consolidará al término de este año.
Dominicanos y colombianos los que más envían. Los entrevistados proceden de Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y República Dominicana, según se explica en el informe. De ellos, colombianos y dominicanos son los colectivos con mayor probabilidad de enviar dinero a sus familias, en torno al 75 %, frente a los ecuatorianos y paraguayos, cuyo porcentaje se reduce al 65 % y 69 %, respectivamente.
El emigrante que tiene más posibilidades de enviar dinero es un ciudadano de entre 30 y 45 años, que lleva más de diez años en España, empleado y con bajo nivel de instrucción. La cantidad media anual de las remesas asciende a 1.000 euros (1.115 dólares), repartidos en hasta seis envíos, aunque existen picos que coinciden con fechas señaladas como Navidad o el día de la madre.