Merilenny Mueses 
La comunidad dominicana en Nueva York se sumó a la protesta que, simultáneamente, tuvo lugar en la Plaza de la Bandera en Santo Domingo, exigiendo una regulación migratoria más estricta y una vigilancia fronteriza más rigurosa.
La entrada masiva e ilegal de nacionales haitianos ha generado preocupación en diferentes sectores de la sociedad dominicana, motivando estas manifestaciones tanto en el país como en el extranjero.
En Nueva York, un grupo de dominicanos se congregó con banderas y pancartas en apoyo a la causa, llevando consigo frases patrióticas como una de Juan Pablo Duarte: “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”.
Una de las manifestantes expresó su malestar ante lo que considera una sobrecarga para la nación dominicana: “A espaldas de nosotros están metiendo a todos los haitianos en República Dominicana para resolver el problema de la pobreza haitiana”.
Protesta en Santo Domingo
Mientras tanto, en la Plaza de la Bandera en Santo Domingo, cientos de dominicanos se congregaron desde las 4:00 de la tarde en una protesta convocada por la Antigua Orden Dominicana.
Con banderas en alto y pancartas que decían: “La inmigración ilegal consume recursos y empeora la vida de todos”, los manifestantes expresaron su rechazo a la inmigración ilegal y clamaron por la soberanía nacional.
Entre las consignas más fuertes se escuchaba: “Si no los sacan ellos, los sacamos nosotros”, un grito unificado que reflejaba la indignación colectiva.
El mensaje fue reforzado por figuras públicas presentes en el evento, quienes compartieron con la multitud la necesidad de mayor seguridad en las fronteras y un control migratorio eficaz. “No queremos más inmigración ilegal, ya ta’ bueno”, exclamó uno de los oradores.
Intervención de las autoridades
La jornada transcurrió entre discursos y manifestaciones patrióticas hasta que la tarima, instalada para los oradores, fue desmontada por órdenes de la ministra de Interior y Policía, Faride Raful. Esta acción fue interpretada por muchos de los presentes como una afrenta a la libertad de expresión y a la democracia.
A pesar de la intervención, la protesta se mantuvo firme, respaldada por el eco de los dominicanos en el extranjero, quienes también reclamaron una solución inmediata al problema migratorio.
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