POR CARMEN MATOS
Los dominicanos despiden esta noche el 2007 y reciben el  Año Nuevo con expectativas de bienestar material y espiritual, que como cada año se manifiestan a través de distintos rituales   que tienen su mayor expresión   a las 12:00 “en punto” de la medianoche.

Dejando a un lado limitaciones económicas, miles de viajeros empezaron el fin de semana a desplazarse desde los lugares donde residen hacia otros, abarrotando las paradas de guaguas, así como los aeropuertos.

Otros prefirieron quedarse donde residen para  esperar el toque de “las doce campanas”.

Lo cierto es que independientemente de su ubicación, los dominicanos buscan el calor de la familia, a la vez que rememoran con nostalgia, experiencias de años anteriores y la partida de seres queridos o familiares durante el año.

Así lo afirmó Nires del Rosario, quien desde el pasado sábado se trasladó hasta San Juan para reunirse con sus padres y familiares, que aunque dijo le cuesta “demasiado sacrificio”, hace sin falta cada año.

En las reuniones, destacó Altagracia Martínez, “siempre se ríe y se llora recordando a los miembros de la familia que ya no están”.

Como parte de la celebración, la mayoría prepara una cena especial con carnes, ensaladas y arroz sin dejar la característica botella de sidra que se destapa a medianoche, ni el incienso con que se recorre el hogar “para ahuyentar a los malos espíritus”, tampoco el uso de ropas rojas y hasta de piezas puestas al revés,  como las distintivas 12 uvas que se reservan una por cada mes del nuevo año 2008. 

Luego de las felicitaciones y abrazos, muchos participan de los ritos religiosos que se organizan de acuerdo a las  congregaciones como las misas y reuniones de oración, mientras que los más jóvenes, optan por dirigirse a los centros de diversión, donde con antelación se arreglan grandes fiestas, con cenas y orquestas.  

Otros, un poco más aventureros, se disponen cada año a esperar la salida del sol en los balnearios del país, en que también aguardan el despliegue de fuegos artificiales, que aunque bastante cuestionados, son otras de las tradiciones que caracterizan al Año Nuevo en República Dominicana.

De acuerdo a la opinión de expertos consultados, el año que concluye estuvo lleno de altos y bajos que colocarán al país frente a grandes retos para el 2008, principalmente en los aspectos político, social y económico, por tratarse de un año de elecciones.

La recuperación del país frente los efectos que causó el paso de las tormentas Noel y Olga, el diseño de fuentes alternativas para la producción energética y mediar con las alzas en los precios del petróleo son de los principales desafíos del país, según coincidieron los economistas de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD), Reformista Social Cristiano (PRSC) y de la Liberación Dominicana (PLD), Arturo Jiménez Moya, Guillermo Caram y Haivanjoe Ng Cortiñas, respectivamente.

Mientras que en el sentido político y de cara a las elecciones presidenciales del próximo 16 de mayo, el analista político, José Antinoe Fiallo, auguró la maduración del sistema político clientelista “con una campaña electoral deslucida, cansona y repetitiva”, en que la mayoría votará por el candidato “menos malo”.

Próximo al fin de año, incluso los niños quisieron elevar sus deseos al país, por lo que obviaron su escasa edad y nombraron las que consideraron ser principales tareas pendientes del 2007. En sus palabras primaron los problemas sociales, el combate a la delincuencia, así como plegarias de mejoría en los precios de los combustibles y en el  suministro energético, revelando en cada caso la realidad socioeconómica de cada uno.

En el caso de la niña Ana Ureña, de 11 años de edad y residente en el barrio Los Guandules de esta capital, la recogida de basura debe ser principal tarea de las autoridades “para que el país se vea bien y cada vez más organizado”, dijo.