Dominicanos llegan en masa

Dominicanos llegan en masa

POR ELVIS LIMA
AEROPUERTO DE LAS AMERICAS
Cuando la familia Escabozo salió del país hace 37 años, con destino a Nueva York, nunca pensó que le sería tan duro  alcanzar parte de las metas del  llamado sueño americano.

Con bultos y maletas en manos,  cinco de los once integrantes de esa familia formaron parte de los cientos de dominicanos que ayer retornaron al país a pasar las navidades con sus seres queridos.

Llanto, emoción, tristeza y algarabía fueron parte de las escenas vividas en esta terminal aeroportuaria por parte de viajeros y sus familiares, quienes dieron riendas a la imaginación para expresar de diversas formas el sentimiento del reencuentro familiar.

  “Yo tenía cinco años que no venía al país, al igual que mis hermanas que hoy me acompañan, y en verdad que esto ha sido para nosotros como familia un momento inolvidable”, afirmó Juan Escabozo, el mayor de once hermanos.

Entre nostalgias y viejos recuerdos relató que sus inicios en la Gran Manzana fueron difíciles, pero ha logrado sobrevivir, gracias a la mecánica, profesión que ejerce desde hace varios años.

Casos como el de Juan son comunes en la terminal. Solo se habla de la llegada de pasajeros. Aunque provienen de todas partes tienen un elemento en común disfrutar de las navidades en el país que les vio nacer, como es el caso de Frank Ortiz, un dominicano que dijo tener siete años que no pasaba unas navidades en suelo quisqueyano.

“Estaba loco por venir para esta tierra, a disfrutar, porque nunca es igual. Creo que aquí se pasan las mejores navidades del mundo”, aseguró Ortiz, quien se disponía a partir a Santiago a encontrarse con  su familia.

 En la terminal todo es alegría, en alguno casos muchos parientes se han trasladado con familias completas a recibir a sus seres queridos. “Llegó el avión, el vuelo se retrasó, señores llamen para ver que ha pasado, expresiones como estas son comunes entre quienes esperan la llegada de las diferentes aeronaves que tocan suelo dominicano.

“Doña, no puede pasar, esta área es restringida”, advirtió un agente del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESA) a una mujer que al percatarse de la llegada de su hija, a quien dijo no veía desde hace 10 años, intentó penetrar a la zona de arribo.

El parqueo del aeropuerto  parece un campo de discotecas móviles, por el alto volumen de la música que tocan en los autos los viajeros y sus parientes.

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