POR GERMAN MARTE
La familia dominicana se prepara hoy para celebrar la Nochebuena, la más tradicional de todas las fiestas nacionales. Muchos han venido incluso desde el extranjero para pasar junto a los suyos esta noche, y cada quien, según sus posibilidades, procura hacer una comida especial.

Esta noche, dicen algunos, «hasta se olvidan todos los problemas». Quienes pueden, disfrutan del tradicional puerco asado, otros prefieren el pavo, o sencillamente el pollo horneado, acompañado de ensaladas, moro de guandules, las teleras y frutas de la temporada, así como bebidas de diferente tipo.

Lamentablemente, la pobreza que afecta a más del 50% de la población impide que muchas familias puedan disfrutar plenamente de esta fiesta. Aún así, durante diciembre, y en especial este día y esta noche se respira un aire distinto, donde predomina la alegría y la camaradería entre los dominicanos.

La familia Guillén es un digno ejemplo de ello. Doña Juana, la jefa de la familia, tiene 13 años residiendo en el extranjero, y cada diciembre, para esta fecha, retorna al país para pasar la Nochebuena junto a sus nueve hijos y sus 22 nietos.

La alegría que le embarga es visible a simple vista. Con afabilidad pide a los reporteros de HOY que entren a su hogar.

Doña Juana dijo que en su familia tienen la costumbre de pasar juntos la Nochebuena.

«Esto lo hacemos todos los años. Yo vengo de Nueva York a pasar estos días con mis hijos, dejo cualquier cosa allá para venir», expresa sonriente doña Ana, quien desde ayer se fue a un salón para estar a tono con la ocasión.

«Hoy se olvidan todos los problemas», expresa entre risas, «se come, se toma y se baila».

Su vecina Angela Aponte, tiene un salón de belleza y mañana le toca peinar a mucha gente, pero eso no impedirá que se vaya al campo para pasar la Navidad junto a su familia.

«Yo me voy al campo, donde mi mamá. Mandé la familia adelante y yo me voy atrás. Allá cenamos como 24 gente, hacemos puerco en puya», expresó Aponte.

Explica que muchas mujeres se dan un «look» especial con motivo de la Navidad y para esperar el año diferente, aunque este año ve las cosas «un poco lenta». Una calle donde la solidaridad se pone de manifiesto de manera especial es la Dajabón, entre la ocho y la 10 y la 12, en el ensanche Espaillat.

Aquí se juntan varias familias para elaborar los sabrosos «pasteles en hoja» para la cena de Nochebuena.

Antonia Corporán explicó que desde hace algunos años cinco familias de la calle Dajabón se reúnen para elaborar entre todos pasteles que van a comer el 24 de diciembre. Lo hacen no sólo para ahorrar dinero, sino, sobre todo para estrechar los lazos de amistad entre los vecinos.

La ocasión también es aprovechada por comerciantes inescrupulosos que suben los precios aún sin razón, o bien obedeciendo a la ley propia de la oferta y la demanda tan propia del capitalismo como bien pudo comprobar Rosalina Guillén quien denunció que el jueves la libra de guandules estaba a RD$8 y ayer se cotizaba a RD$15.

La familia Arias Marte siempre celebra unidad la fiesta navideña y aunque no toman alcohol disfrutan la ocasión con una cena especial. No obstante, doña Ana Balbina Arias hace un aparte y piensa en aquellas familias que no tienen con qué comprar la cena de Nochebuena. Asimismo, destaca que este año ha observado menos decoración en las calles. Dijo que la oscuridad y la delincuencia también afectan a los residentes en la zona norte.

Empero, ni la carestía, ni la falta de agua, que también afecta a la zona desde hace una semana impiden que los vecinos de la zona norte y en especial los del ensanche Espaillat disfruten su Nochebuena, aún cuando tengan que comprar un botellón de agua para bañarse, como explicó Rosalina Guillén, o simplemente como dice la salsa de Andy Montañez: «bebiendo ron sin bañarse».