POR LEONORA RAMÍREZ S.
Los dominicanos se pueden vanagloriar de tener una judicatura libre e independiente, que no recibe influencias internas ni externas al Poder Judicial, dijo Jorge Subero Isa, presidente de la Suprema Corte de Justicia, al destacar que ojalá los países de Iberoamérica tener una instancia de ese tipo que goce de tanta autonomía.

De que se administre o no la mejor justicia eso es harina de otro costal, resaltó el funcionario para referir que “si lo hacen es porque los jueces entienden de una manera o de otra que las decisiones se toman en el sentido que ellos consideren de lugar, pero jamás porque se vean permeados por influencias externas”.

El magistrado manifestó que el proceso de modernización judicial, que se inició en 1997, ha avanzado, no con la velocidad que se quisiera, pero no ha habido pausa.

Desde esa fecha se ha registrado un cambio en la mentalidad de los dominicanos, toda vez de que fue un proceso orientado en dos objetivos fundamentales: la independencia y la capacitación de los jueces.

En ese sentido, dijo que el aspecto capacitación ha sido extraordinario, porque en la medida en que los jueces se sienten mejor preparados adquieren mayor independencia porque tienen que preguntar menos.

“De hecho, a los jueces se les tienen prohibido de parte del despacho del presidente de la Suprema Corte consultar, ni siquiera a sus superiores, de los aspectos que están apoderados, porque las aclaraciones se producen en el seno de la Escuela Nacional de la Judicatura, a través de los seminarios de capacitación, de los conversatorios y cursos regulares, porque esta constituye el único espacio de libertad que tienen los jueces para expresar sus opiniones.

“En la medida en que esa capacitación hace independencia, el único país de Latinoamérica con eficacia una evaluación del desempeño de los jueces es la República Dominicana”.

Esa valoración, dijo, se ha profundizado tanto que hay jueces sometidos a un proceso disciplinario porque su desempeño ha sido muy malo.

Subero Isa destacó además que las promociones se aplican con estricto apego a la Ley, de tal suerte que es imposible formar parte de la judicatura dominicana sin haber pasado por la Escuela Nacional de la Judicatura, y los jueces que salen de esta tienen un sello que los distingue porque estudian para ser jueces.

ASPECTOS ADMINISTRATIVOS

Como parte de los avances de la Suprema Corte, Subero Isa refirió, en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, enfatizó  la creación de una plataforma de gestión administrativa, sin igual en Latinoamérica, mediante la cual se excluyeron de las responsabilidades de los jueces asuntos burocráticos.

Los jueces, precisó, solamente tienen que emitir sentencias, porque se desconcentraron las actividades administrativas para que en cada departamento haya un gerente que los apoye.

DEPARTAMENTO FAMILIA

El magistrado también resaltó el papel desarrollado por el departamento de Niñez y Familia de la Suprema Corte, que dirige Carmen Rosa Hernández, y que ejecuta un proyecto denominado Centro de Mediación Familiar.

“Hemos descubierto, después de poner en funcionamiento las Salas de Familia, el gran problema que afronta la familia dominicana, demostrado con los más de ocho mil divorcios que han manejado dos salas en nueve meses, procedentes solamente del Distrito Nacional.

“Eso significa que la familia dominicana se está deteriorando con una progresión geométrica. Ese Centro de Mediación Familiar tiene por finalidad que aspectos muy troncales en un proceso de divorcio, como pensión alimenticia y custodia de los hijos, los jueces recurran a un mediador, que no necesariamente tiene que se un abogado”.

Otro de los pilares del proceso de modernización de la justicia es el Departamento de Defensa Pública, dirigido por Laura Hernández, a través del cual se ofrece asistencia jurídica gratuita y de excelente calidad, “a tal nivel que las oficinas de abogados le hacen ofertas a los defensores públicos”.

INFORMÁTICA Y TIERRAS

“Pero no quiero dejar de reconocer la labor de la Dirección General Técnica, que dirige Cecilia Cuello, que es órgano que tiene que ver todo el departamento de informática. Actualmente tenemos más 3,500 computadoras diseminadas en todo el territorio nacional, y cuando llegamos no había una sola”, expresó el funcionario judicial.

Asimismo, resaltó el trabajo realizado por Mairení Rivas en la transformación de la Jurisdicción de Tierras, “posiblemente el proceso de reforma más extraordinario de que se tenga conocimiento en América Latina, en cuanto a seguridad jurídica adecuada en el registro de la propiedad”.

En ese sentido expresó que el aporte de US$32 millones del Banco Interamericano de Desarrollo, y una contrapartida de US$8 millones del gobierno dominicano, ha sido una inversión extraordinaria que ha permitido llevar a la jurisdicción de tierras a niveles impensados en el país.

“Por eso podemos decir que hoy día gozamos de un poder judicial totalmente libre, totalmente independiente, pero sobre todas las cosas totalmente capaz”, precisó.