Cuando Verónica Sánchez fue a renovar su pasaporte al Consulado de Nueva York pensó que el trámite sería simple. Con su pasaporte, acta de nacimiento legalizada y la cédula de identidad, tal como decía la página de internet, nunca imaginó que le pedirían la cédula nueva para hacer el papeleo: antes podía hacerlo, incluso, con la licencia de conducir o la residencia de los Estados Unidos.

¿El problema? Ella fue a renovar el pasaporte un sábado, pero “la cédula sólo la dan de lunes a viernes y tienes que venir bien temprano”, tal como le dijo la chica que la atendió en el Consulado.

La odisea. El viernes 24 de abril, tras pedir un segundo permiso en el trabajo, Sánchez volvió al Consulado. “Tardaron 6 horas y media para tomar mi información y hacer la foto para la cédula. Un proceso pendejo de 8 filas”, afirma, al explicar lo que tardó para poder renovar su pasaporte.

Al ofrecer detalles del proceso, Sánchez contó que en la primera fila la recepcionista revisó sus documentos; en la segunda el vicecónsul volvió a revisarlos y le dio un número; y en la tercera fila (paso en el que duró tres horas de pie), una señora recogió los papeles de quienes necesitaban actas y sacó copias de las cédulas viejas.

Luego la llevaron a un pequeño cuarto donde la anotaron en una lista (y pudo sentarse cuando encontró dónde), y esperó que la llamaran. En la cuarta fila le tomaron foto de la cédula, y en la quinta esperó que le entregaran el documento.

En la sexta fila, tras comprobar que ya tenía la cédula nueva, la recepcionista le dio un papel para pasar a pagar el pasaporte; en la séptima pagó y en la octava le tomaron la foto del pasaporte. Luego le tocó esperar que le devolvieran todos sus documentos y que le dijeran cuándo regresar por el pasaporte.

En su caso pudo hacerlo al día siguiente, y se marchó del Consulado en veinte minutos.

Otros casos. El caso de Verónica no es aislado. Las tres veces que fue al Consulado, narra, vio bastantes personas quejándose de que van desde otros estados y pierden el tiempo, porque en la página no informan correctamente: en ningún lado les dicen que la cédula sólo se expide de lunes a viernes.

Entre los testimonios que Sánchez tomó en el lugar está el de Patricia Molina, quien fue un día de semana y se encontró con que los números para ese día se habían agotado.

A pesar de que querían que regresara después, logró que el cónsul Eduardo Selman autorizara que la atendieran.