Dominicanos y candidatos en NY

Dominicanos y candidatos en NY

La comunidad dominicana en Nueva York necesita que fuerzas políticas representadas allí y sus representantes ante el gobierno norteamericano sean más sensibles ante sus necesidades y garanticen mayores oportunidades de participación en espacios reales. Esa gente, pendiente del acontecer político en esta urbe y en nuestro país, algunos militantes orgánicos de un partido, otros simpatizantes, muchos indecisos, considera que la “simpatía” hacia ciertos candidatos surge por necesidad, no tanto material, sino por circunstancias ante un ritmo de vida que, por diversas razones, demanda tiempo y entrega hasta el sacrificio. Y que no todos los organizados son los más conscientes en lo político y social.

Esa gente tiene el termómetro de lo que podría resultar el 15 de septiembre próximo de las elecciones de Concejales, porque mira desde afuera de manera imparcial todo el acontecer; considera que entre los candidatos de origen dominicano o puertorriqueño que se postulan o reeligen como concejales y asambleístas, los hay muy buenos, con reconocida trayectoria y buena propuesta electoral. Otros con aceptable oferta electoral pero sin trayectoria y otros con solo un rostro nuevo como oferta porque no han cimentado una trayectoria en el accionar político-social y andan en otra cosa.

Dice esa gente que la diáspora dominicana en los Estados Unidos cuenta con muchos prospectos de gran base social, credibilidad y confianza, garantías para mediano y largo plazo como ofertas emergentes, hacia donde deben de mirar los posesionados de hoy para seguir afianzando su trabajo de manera sustentable y sostenible; no circunstancial.

Esa gente habla bien de candidatos que escuchan, que gestionan respuestas a sus necesidades, que piensan en la comunidad latina, especialmente la dominicana, y en el pueblo norteamericano. También habla de las candidaturas congresuales y municipales que se perfilan en nuestro país donde se ha desatado una especie de carnaval a destiempo que confunde y da pánico al electorado: de estos aspirantes del 2010 tiene su opinión. No mira rostros, fortunas o cargos y funciones en el gobierno o sector privado, sino credibilidad pública, honestidad, humildad, visión política, vocación de servicio y oferta programática.

Me refiero a varias personas de la denominada “gente común” que traté durante tres días de visita en la ciudad de Nueva York por asuntos de trabajo, cuyo tema de conversación es motivado mayormente por su preocupación con el futuro de los dominicanos-as, la correlación de fuerzas vs. ofertas electorales en esta urbe: las oportunidades y los espacios de participación necesarios para ejercer sus derechos.

Como gente común, sorprenden abordando ciertos temas, fruto del sentimiento, fijan posiciones. Es gente interesante como respuestas alternativas al acontecer del momento; hay que sustituir oportunistas por emergentes con ideas nuevas acordes con el mundo de hoy.

El PLD junto a fuerzas aliadas verdaderas en esta urbe, deben considerar la preocupación de esta gente y tomar el pulso del acontecer ahí; el resultado electoral de septiembre en esta urbe incidiera de alguna forma en el 2010 y 2012 para nosotros. Y puede ser muy bueno sin la intención individual y grupal que se está evidenciando en ciertos candidatos y sus “manejadores”.

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