NUEVA YORK. Un dominicano de 32 años se libró de morir con una inyección letal al llegar a un acuerdo con los fiscales y la jueza Margaret Steinberck para ser sentenciado a cadena perpetua sin derecho a que su veredicto sea revisado por el asesinato de su esposa de origen puertorriqueño, ocurrido el 22 de mayo de 2010, en Fort Myers, Florida.
Rubén de León, quien residió en Nueva York, se había declarado culpable de seis cargos, entre estos la violación sexual de una hija de su esposa Jeannette de León, de 32 años, asesinada de varios balazos.
La pareja había procreado una hija y, según el expediente acusatorio que reposa en la corte, Jeannette reclamaba a su esposo la violación de su hijastra, discusión que le costó la vida.
De León había intentado suicidarse en varias ocasiones en la cárcel donde guarda prisión y no quería que le visitara ningún familiar.
La Administración de Bienestar Infantil del estado de Florida, investigó la violación de la hija de Jeannette y las autoridades judiciales emitieron una orden de protección para que De León no se acercara a su esposa ni a su hijastra.
En la Florida se encuentra vigente la pena de muerte al igual que en otros estados de la Unión Americana.