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Don Antonio Ortiz Mena, quien ocupó la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo durante diez y siete años (19711988) con el dinamismo y la visión que lo caracterizaba, una de las alternativas que impulsó, en el marco de la crisis económica de América Latina y el Caribe en 1982, cuando la capacidad productiva industrial de la región se hallaba paralizada, fue la creación de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), mediante la firma del Acta Constitutiva por los países miembros del Banco, el 4 de noviembre de 1983, en Roma, Italia.
En la ceremonia de la firma del acta en que se adoptó el Convenio Constitutivo de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), señaló que sólo con visión del futuro al crearse la CII, podrían los países de América Latina y el Caribe transformar su capacidad productiva y generar los empleos que demandaba el explosivo crecimiento urbano de la región.
La CII fue una de las respuestas de Don Antonio a la crisis de 1982. Don Antonio, apoyado en los estudios realizados por el BID, en los años 1969 y 1970, donde se planteaba la creación de una corporación financiera interamericana, supo captar la voluntad de los países miembros del Banco en 1977, que demandaban mecanismos de apoyo al sector industrial, especialmente a las empresas medianas y pequeñas, e impulsó una serie de reuniones de los miembros de la institución, proceso que desembocó, el 4 de noviembre de 1983, en Roma, Italia.
La CII dentro del Grupo del BID tiene 43 miembros con una cartera vigente de préstamos e inversiones al 2007 de US$911.6 millones, un monto acumulado de préstamos e inversiones de capital aprobados por US$3,067.6 millones. Durante el 2007 fueron aprobadas unas 60 operaciones de préstamos e inversiones de capital por alrededor de US$500 millones, llegando a más de 300,000 clientes.
Un dato de mucha relevancia acera de la CII, es que es la única institución multilateral, orientada específicamente a otorgar financiamiento directamente a la pequeña y mediana empresa (PYME) en América Latina y el Caribe, llegando hasta las empresas familiares, en sus diez y ocho años de existencia.
Es que Don Antonio con su visión del desarrollo a mediano y largo plazos, sabía que para sacar a América Latina y el Caribe de la crisis económica de 1982 había que revitalizar las empresas productivas como la creación de nuevas empresas como lo apuntara él, orientadas a la exportación para enfrentar la crisis externa de la región, y por eso un proyecto de larga data como el de la Corporación Interamericana de Inversiones lo hizo realidad aquel 4 de noviembre de 1983, uniendo las voluntades de los países miembros.
