Don Antonio: valiente antitrujillista

Don Antonio: valiente antitrujillista

A pesar de haber sido valiente antitrujillista y de los fundadores del 14 de Junio, del Partido Revolucionario Dominicano y del Partido de la Liberación Dominicana, lo que lo hizo digno, grandioso, merecedor de reconocimientos fue su obra filantrópica, la labor social y comunitaria y la formación profesional y humana que proporcionó a sus nueve vástagos con el modesto oficio de peluquero.
Rafael Antonio Pichardo Hernández ostenta como homenaje a los méritos que acumuló en su breve existencia, una de las más pobladas y transitadas calles del Cristo Rey que ayudó a urbanizar y con cuyo progreso se sintió comprometido.
Ricardo Antonio y Héctor Eufemio, sus hijos, conversan orgullosos de su padre, a veces con ojos humedecidos por el llanto, recordando su ejemplo y las palabras con que se aferraba a la vida tras un segundo infarto.
“Se fue a destiempo, tenía mucho que dar, no quería morir. Su corazón era tan bueno y tan grande que se hizo daño, y eso le llevó la vida”, sostienen.
“Don Antonio”, como le llamaban, era el hijo menor de José David Hernández y María Mercedes Pichardo, pero debió ser sostén familiar cuando falleció el progenitor. Tenía nueve años. De su pueblo natal, Moca, se trasladaron a Santiago donde fue jardinero hasta los 13 años cuando se hizo peluquero con un maestro masón de Pueblo Nuevo.
A esa edad se independizó, llamó “Don Antonio” su peluquería y comenzó a atraer clientes a la calle “Onofre de Lora” de ese barrio.
Pueblo Nuevo fue un bastión del antitrujillismo y Rafael no fue ajeno a esa lucha. Se inscribió en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio al tiempo que conspiraba en las sociedades Amantes de la Luz y Mutualista, y en el Club Recreativo Amor y Paz.
Cayó preso en 1959 tras las expediciones de junio, porque afeitaba en su escondite a Merardo Germán, sobreviviente de esa gesta.
Antes había estado en la cárcel por su amistad con Luis, Juan, Fellito y Tabaré Perozo. “A Tabaré lo escondió en un armario en su casa. Papá estuvo preso varios años cuando Trujillo”, afirman Ricardo, arquitecto, y Héctor, fotorreportero y peluquero.
También fue golpeado y sufrió persecución y prisión durante los 12 Años de Balaguer.
Cuentan sus hijos que en 1973, tras el desembarco de Caamaño, fueron a buscarlo “inmediatamente, y pasó seis días preso acusado de dirigir un “Comando de la libertad”. Se lo llevaron a las seis de la mañana después de allanar su vivienda.
Estuvo encerrado, además, en el reinado de la “Banda Colorá”, brazo represivo del balaguerato que lo tenía “como número uno en su lista”.
Su actividad política se trasladó al PLD desde que Bosch lo fundó, y militando en esa organización lo sorprendió la muerte.
Un óleo con la efigie del expresidente adorna su sala. Enfrente están en foto su esposa y él junto a Leonel Fernández, en la campaña de 1996. Fernández fue a visitarlo en el hospital Darío Contreras, ya siendo presidente, pues Pichardo falleció el 16 de septiembre de 1996 “el mismo día que se celebraba el primer mes de gobierno peledeísta”.
Los Pichardo Núñez eran un bastión de ese partido. Don Antonio dirigía la campaña política en la “Circunscripción 2” de la zona norte. Era amigo entrañable de Bosch, quien aparece en fotos de la colección familiar que atesora la descendencia.
“Era boschista, el comité intermedio “José Martí” estaba cercano a nosotros y don Juan se desmontaba en casa. Después visitaba a papá en el hospital, y cuando Bosch cumplía años íbamos a felicitarlo”. Él, María Torres y Antonio Acevedo eran los referentes del exmandatario en Cristo Rey. Dirigieron en 1996 la campaña para la candidatura de Leonel Fernández, “100 días para conocer a nuestro nuevo presidente”.
Sin embargo, a Pichardo Hernández no lo motivaba interés personal, aducen. Nunca ocupó posiciones ni pidió nada a cambio.
Por eso fue amigo de dirigentes de izquierda, del PRD, del Partido Reformista y de populares artistas que le ofrecían fiestas para causas de su barrio.
Fundó la Sociedad Mutualista, de la que fue “Gran Caballero”, integrada “por personas mayores que se dedicaban a ayudar en las necesidades”. También trabajó en la creación del club “Los Cachorros”, deportivo y cultural; fundó y presidió el Club Luz y Paz, perteneció a la Sociedad de Socorro Mutuo Perpetuo Socorro, fundó el club deportivo Unión y Caridad y el Club de Leones Santo Domingo, Cristo Rey.
Héctor expresa que su padre “envolvía con su amabilidad, a pesar de tener un carácter fuerte”. Querido y respetado, se erigió en un gran líder social.
Cuando a Bosch lo designaron Presidente Ad Vitam del PLD, a Pichardo lo nombraron “Miembro Ad vitam”.
El día de su muerte, cerraron la calle donde vivía, para el velatorio.
Eran también amigos de los Decamps, sus vecinos. “Fue peluquero del papá de Hatuey. Nos dividían dos o tres casas de donde ellos vivían y tenían el colegio”, refieren.
La calle. Don Antonio llegó a Cristo Rey cuando allí había pocas casas. Contribuyó a “organizar el barrio, asfaltar y señalizar las calles, pedía ayudas para resolver problemas de la comunidad”.
En atención a sus méritos y por iniciativa del regidor Andrés Martínez, el 9 de febrero de 2010 se designó con el nombre “Rafael Antonio Pichardo (Don Antonio)”, la antigua “Calle 28” de Cristo Rey. “Ese reconocimiento nos hace sentir orgullosos. El viejo nació para servir y murió sirviendo”, manifiestan los dos hijos.
La vía nace en la “Ortega y Gasset” y muere en la calle “F”.

Publicaciones Relacionadas