Don Enrique, centinela de la montaña

Don Enrique, centinela de la montaña

Con la desaparición física de don Enrique Armenteros Rius se va del mundo terrenal un exitoso promotor y director de empresas, y también un auténtico defensor de los recursos naturales y el medio ambiente.
Don Enrique, no solo escribió, disertó y apoyó iniciativas de terceros en favor de la reforestación, de la conservación de especies, del bosque y del agua, sino que su compromiso y sencillez lo impulsaron a actuar personalmente en viveros de plantas, en capacitaciones de personal, y en el desarrollo y conservación de áreas protegidas.
Estableció una finca en Cotuí donde adaptó y multiplicó especies que beneficiaran al país. Preocupado por la disminución de la población de nuestra palma real plantó e industrializó el pejibaye, una especie de palma que, contrario a la nuestra, no muere cuando es cortada para la obtención del palmito, sino que echa hijos.
En esa finca introdujo y multiplicó también plantas de vainilla, pimienta, canela, malagueta, nuez moscada, cúrcuma y otras especias que el país importa.
La consumación de su obra a favor del medioambiente ha sido el desarrollo y mantenimiento de la Reserva Científica de Ébano Verde, entre los municipios de Constanza y Jarabacoa. Fue establecida en el 1989, mediante un novedoso esquema de fideicomiso, por el cual el Estado dominicano conserva la propiedad de los terrenos y acuerda con la Fundación Progressio el comanejo de los mismos.
En la reserva existe la mayor población de ébano verde del país, y también especies valiosas de helechos, orquídeas, palmas y aves. De no menos importancia es la conservación de los nacimientos de ríos y arroyos, como el Camú, El Arroyazo, La Sal, Masipedro y Jatubey.
Estamos seguros que los presentes y futuros miembros de Progressio y los descendientes de ese centinela de la montaña que se llamó Enrinque Armenteros Rius honrarán su memoria y proseguirán su lucha.

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