Don Luis E. Del Monte y Barahona

Don Luis E. Del Monte y Barahona

POR ROBERTO B. SALADIN SELIN
A veces los pueblos, como en la coyuntura actual, tienen que volver los ojos hacia atrás, para encontrar inspiración en los hombres que fueron líderes en el desarrollo de sus comunidades. En el caso de don Luis E. Del Monte, aunque éste no nació en Barahona, ya en 1932, el Consejo Edilicio de esa ciudad, lo declaró «Hijo Benemérito de la Ciudad de Barahona», por sus grandes merecimientos y sus aportes a la misma.

Como uno de los más grandes exportadores de café de su época, don Luis E. Del Monte, sentó cátedras de buena administración, de la que vino a ser, una de las haciendas de café modelo del país, bautizada por él, con el nombre de «Mi Propio Esfuerzo». Su éxito como empresario agrícola y exportador de café, según se recuerda, lo llevó a tener oficinas en Europa. De igual manera, cabe destacar, que don Luis, acuñó su propia moneda en cobre, con el nombre de su empresa «Luis E. Del Monte, C. por A.», la cual alcanzó curso legal.

Más allá de sus logros como administrador eficiente, con un producto tan riesgoso como el café, debido a las alzas y caídas del precio del mismo, don Luis, de acuerdo a testimonios de sus contemporáneos y memorias de sus familiares, fue un hombre comprometido con el desarrollo de su provincia y su comunidad, demostrando con sus obras, que era un munícipe ejemplar.

Barahona, nunca podrá olvidar, que fue don Luis E. Del Monte, que le regaló el reloj público, fabricado en Suiza, a la comunidad, para incentivar así la puntualidad de sus conciudadanos. Igualmente, donó el primer carro de riego para refrescar las calles. Para embellecer el parque de la ciudad, donó igualmente la glorieta y los bancos, del entonces parque Julia Molina, siendo también pionero, para su época, con la donación del primer puente sobre el río Biran, en la carretera que comunicaba con Pedernales, demostrando que era un hombre de una visión extraordinaria y de una profunda fe en el desarrollo de su región.

Como era lógico, su figura se proyecto más allá de Barahona, lo que explica que ya en 1943, cuando se constituyó la Junta Consultiva del Banco de Reservas, don Luis E. Del Monte, fue designado como vicepresidente de la misma y en 1944, se convirtió en vocal del consejo de directores de dicho banco, cuando asumió la administración general del mismo, el señor Frederick Q. Rickards.

La tragedia, sin embargo, tocó las puertas de aquel hombre exitoso, cuando el doctor Jorge Alejandro Nin, hijo de don Luis E. Del Monte, joven abogado, fue asesinado y arrojado en un vehículo, por la carretera de Barahona, simulando un accidente, debido a las criticas y su oposición al régimen de Trujillo, dejando viuda a su esposa Altagracia Velázquez, con tres hijas, Ivonne, Brenda y Bertha.

Ahora que un grupo de barahoneros, agrupados en el Patronato para el Desarrollo de la provincia de Barahona, en el «cluster Turístico», como en APROTUSUR, luchan por impulsar el crecimiento de su región, hay que recordar a hombres como don Luis E. Del Monte, que fueron un ejemplo y pionero del desarrollo de la misma.

Don Luis E. Del Monte, falleció repentinamente, el 9 de octubre de 1952, en su finca de café «Mi Propio Esfuerzo», adoptando el Consejo Edilicio de Barahona, una resolución, en la que declaró de duelo su ciudad, como homenaje a un hombre que dejó una huella imborrable en su comunidad.

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