Don Mario Álvarez Dugan sólo ha muerto físicamente. Su impronta, sus huellas dejan una estela luminosa de un intenso y exitoso ejercicio de más de cinco décadas alcanzando los más altos lauros, bajo una conducta intachable y vida ética que es un legado no sólo de su honorable familia, sino del país.

Don Mario dirigía Radio Caribe cuando la famosa reunión de cancilleres de 1960 en Costa Rica, envió a Gregorio García Castro y a su colega Raúl Pineda a cubrir dicho evento, en el cual se sancionó al régimen trujillista.

Luego en 1962, en otra etapa, mi padre dirigió a Radio Caribe. Don Mario, tras el trujillocidio, asumió también fuertes riesgos en su ejercicio.

El éxito de Don Mario (Cuchito), su trato afable y su pluralismo quedarán grabados en la memoria nacional.

Su distinguido nombre está en la historia del diarismo nacional; dirigiendo importantes medios: El Caribe, La Nación, Radio Caribe, Radio ABC, El Nacional, Hoy.

Su columna Coctelera es un ejercicio de pluralismo, agudeza y de puntualizaciones en defensa del interés nacional, la cual es un punto de referencia y de distinción del matutino que dirigió en los últimos 20 años. Son innumerables los episodios en los cuales su verticalidad estuvieron presentes, llegando a mi memoria aquella vez que se planteó la salida de los fiscales de los cuarteles de la Policía, lo cual nuevamente, como absurdo, se está planteando, ignorándose las garantías de los derechos humanos que ofrece el Ministerio Público en recintos como ésos. Su editorial en aquel entonces, hace unos dos años, fue contundente y convincente.

Don Mario Álvarez Dugan es un inmortal de los deportes y de periodismo. Para su abnegada esposa Doña Matilde y sus dignos hijos Jaime Virgilio, Mario Virgilio (también inmortal del deporte) y Emil Virgilio, mi más sincero pésame.