Don Omar piensa en la política

Don Omar piensa en la política

Washington, (AP).- Don Omar acaba de recibir sus primeros aplausos… como político.

El reggaetonero puertorriqueño, acostumbrado a conciertos multitudinarios, fue interrumpido el martes por la noche por una ovación de unos 200 presentes cuando en un discurso improvisado vaticinaba que muy pronto Estados Unidos tendrá un presidente de origen latinoamericano.

El escenario: El majestuoso recinto del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, donde se inicia el debate de decisiones sobre política fiscal de la nación más poderosa del mundo.

El motivo: Recibir el premio Inspira concedido por la Fundación Herencia Hispana por servir como «modelo para los jóvenes a la luz de los medios y por su trabajo en la comunidad».

El público: Congresistas, diplomáticos, funcionarios de organizaciones internacionales, dirigentes y decenas de jóvenes de origen hispano de brillante rendimiento académico.

«Soy un Don Omar diferente», dijo el artista a la AP. «Puedo decir que los responsables de ese cambio son mi familia y Barack Obama».

Don Omar, cuyo verdadero nombre es William Omar Landrón, justamente había dicho en su discurso de aceptación que Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, ha abierto el camino para el cambio en todos aquellos que tienen un sueño.

Ese toque de cambio le llegó a él mismo cuando trabajó un año como voluntario en la campaña presidencial bajo el lema «Sí, se puede».

Como Don Omar, Landrón ha vendido millones de discos y ha sido postulado en múltiples ocasiones al Latin Grammy. Su más reciente producción, «IDON», encabezó tres semanas la cartelera de ventas latinas de Soundscan y su disco «The Last Don» (2006) vendió más de un millón de copias y recibió la certificación de platino de la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA, según sus siglas en inglés).

Pero Don Omar hizo notar que a esta presentación asistió no sólo sin las grandes joyas que lo caracterizan en sus presentaciones artísticas, sino también con un cambio de «look»: nuevo corte de pelo, más delgado y, sobre todo, con la idea de «ser solamente William Omar Landrón».

«Ser Don Omar me ha traído hasta aquí», declaró. «Pero, quisiera también que sepan que detrás del artista hay una persona que es también parte de esta comunidad latinoamericana».

Landrón no usa las palabras «hispano» o «latino» con las que los estadounidenses se refieren a los descendientes de españoles; usa simplemente «latinoamericanos». Y pese a que gran parte de su público está en Estados Unidos, se resiste a hablar en inglés afirmando que «soy un latinoamericano».

En sus palabras de aceptación, las únicas en español de la ocasión, Landrón dijo que la educación debería ser el pilar para no dejar pasar la «oportunidad de convertirnos en el futuro de la nación latinoamericana, el movimiento de la comunidad latinoamericana dentro de los Estados Unidos».

Luego manifestó a la AP que «este cambio todo lo que refleja es madurez».

«Hay más seriedad hacia las cosas que me rodean, que rodean a mis fanáticos que son todos los grandes estudiantes que están aquí conmigo».

La Fundación, cuyos múltiples propósitos incluyen identificar líderes hispanos desde los salones de clases de las escuelas elementales, concedió también en la ocasión becas de excelencia a estudiantes del área de Washington para asistir a universidades como Columbia, Stanford y Georgetown como parte de un programa nacional de más de medio millón de dólares.

Landrón, quien coordina un programa con una asociación estudiantil de Harvard para admitir a jóvenes puertorriqueños, compartió el premio Inspira con el congresista Raúl M. Grijalva, de Arizona, por su gestión legislativa en la educación, y la aerolínea Southwest por su contribución al desarrollo del sector privado hispano.

José Antonio Tijerino, presidente de la Fundación, presentó a Landrón como «el rey de reyes» del reggaetón, destacando sus orígenes pobres en un barrio de Carolina, Puerto Rico, donde nació. Dijo que a los 8 años de edad, Landrón fue testigo de un asesinato callejero, pero que con esfuerzo y aspiración personal de cambio superó con dificultad ese entorno y llegó a su actual posición.

«Este momento como William Omar me emociona y lo disfruto», dijo Landrón. «Hoy en día mi grado de madurez, de sensibilidad hacia lo que necesito como ser humano es mucho más notable: el William Omar de hace 10 años nunca pudo haber sido comparado con el William Omar de ahora».

Esa nueva proyección lo ha llevando a hacer «trabajo social», explicó, y mencionó entre sus planes inmediatos abrir un orfanato en República Dominicana por invitación del presidente Leonel Fernández y consolidar las bases de una fundación en Puerto Rico para terapias musicales a niños autistas.

¨Pero podrían esas «causas serias» llevarlo a incursionar en la política como candidato a algún cargo electivo?

«Desde que se me llamó para trabajar en la política latinoamericana del hoy presidente Barack Obama hice un compromiso con mi persona», respondió Landrón. «No rechazar nunca las responsabilidades que me pudiera dar el futuro».

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