Don Virgilio Céspedes

Don Virgilio Céspedes

Don Virgilio Céspedes era un amigo de mi padre don Alberto, que tenía una amplia visión del mundo, quien luchaba por la justicia entre las mujeres y los hombres, para que dominara el amor al prójimo, especialmente el amor a la mujer, quien siempre tenía a flor de labios bellas palabras, para cada dama. Era un caballero del mundo y cuando regresó a Quisqueya, se internó en las montañas de Moca-Espaillat y ahí desarrolló una ganadería, donde se conocieron Virgilio y mi padre, porque eran hombres que trabajaban de sol a sol, pero en las noches se divertían un rato, conversando sobre la vida, las familias y la visión que tenían sobre la ganadería. Al grupo se unieron otros ganaderos desde Puesto Grande, pasando por la Cumbre y llegando a Jamao, donde realizaban las romerías y reuniones, para visualizar el desarrollo de las fértiles tierras de la campiña mocana.
Desarrolló su ganadería en la especialización de carne, lo cual influyó en los demás ganaderos en rotar cada tres días los animales de los potreros, establecer controles sanitarios y a castrar los novillos, para que tuvieran mejor calidad de carne; siendo el pasto guinea, el que mejor se desarrollaba en las lomas de Jamao-Moca. Observen que escribo Moca en lugar de Espaillat, porque el mocano usa poco el nombre Espaillat, ya que Moca es un nombre taíno, arraigado en la población. Don Virgilio era un hombre educado y con muchos conocimientos, porque había vivido en varios países de Europa y las Américas. Siempre se aparecía en un caballo de excelentes condiciones físicas y cuando llegaba a una fiesta, el caballo era parte del espectáculo.
Conversando con Luis Emilio se entusiasmó tanto con el personaje de don Virgilio, que hasta una hermandad creamos con un grupo de amigos, para estudiar el personaje y estimular que cada hombre sea un caballero con las damas, tratando de promover la filosofía de las excelentes relaciones que deben existir entre el hombre y la mujer. Luis Emilio redactó los estatutos, de los cuales escribiré algunos fragmentos:
La caballería criolla no tenía que envidiar en nada a las galanterías y gallardías del Cid Campeador ni a la fantasiosa mente del caballero de la figura de don Quijote de la Mancha.Don Virgilio fue un caballero de una sola pieza, dichoso en el amor y fiero en la contienda, adorado por las damas y temido por quienes querían abusar de las mujeres, con una vocación de aventuras, defendiendo la convivencia entre los seres humanos de ambos géneros.
Aunque vivía en el campo, era asiduo amante de las buenas letras, sobre todo de los autores que reflejaron los vericuetos del corazón humano en su complejidad y simpleza, que dejaron en su prosa y versos, el sabor de la vida de quien supo gozar. Fue un contemplativo de la belleza de la naturaleza y consejero de sus amigos y políticos, quienes lo consultaban.
Don Virgilio es fruto de la imaginación. Invito al dominicano a soñar en el desarrollo de sus proyectos y a luchar por la grandeza del país.

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