El jueves parecía un día normal para doña María Cristina Díaz (doña Chana como era conocida), a tal punto que alrededor de las 6:00 de la tarde estaba dando una entrevista por la vía telefónica a una emisora de Londres, que la contactó para que hablara de la gesta del 30 de Mayo, en ocasión del 50 aniversario de la conspiración que puso fin a la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo.
Esa es quizás la última acción que realizó doña Chana para mantener viva la memoria, no solo de su esposo, el general Juan Tomás Díaz, sino de todos los héroes que participaron de la gesta patriótica del 30 de Mayo.
Por lo menos es una de las acciones que siempre recordará Luis Pellerano Amiama (Chiqui Pellerano) de la mujer a la que se le atribuye haber tenido el valor y el coraje de soportar las torturas de los remanentes del Jefe, quienes persiguieron no solo a los ajusticiadores, sino a los familiares y relacionados.
Doña Chana Díaz murió la madrugada del viernes de un ataque al corazón, a la edad de 88 años. Será sepultada hoy a las 11:00 de la maña en el cementerio de la Máximo Gómez. Le sobreviven sus hijos Jaime, Eduardo, Marianela y Elfrida, además de tres hermanos y siete nietos.
Chana fue una mujer ejemplar. Acompañó a su esposo Juan Tomás y a su padre don Modesto Díaz y transmitió a sus hijos y su familia ese sentido de la lucha por la libertad, el sentido de no ver nunca que Juan Tomás había muerto en vano, sino que había muerto por una causa hermosa, que era la eliminación de la dictadura, comentó la doctora Milagros Ortiz Bosch anoche en el velatorio. Ortiz Bosch y Pellerano resaltaron todo lo que tuvo que soportar María Cristina luego que Trujillo fuera asesinado por su esposo y compañeros.
Estuvo en cárcel de la 40. Según dijo Chiqui Pellerano, doña Chana fue llevada de cárcel en cárcel interrogada por diferentes servidores del régimen, incluso encerrada junto con los hombres.
En una crónica de la periodista Angela Peña publicada en La otra dimensión del diario Hoy en el año 1998, doña Chana narró todo lo que pasó antes y después de la muerte del tirano. Yo lo perdí todo. Me quedé con lo que me dio la gente. Tengo la lista de las personas que me ayudaron. Me gusta agradecer, narró doña Chana en esa ocasión. Sobre los héroes del 30 de Mayo dijo: Quizás no merezcan ser llamados héroes, pero sí fueron hombres de mucho valor que tuvieron el coraje de hacer lo que hicieron para que hoy se pueda hablar sin miedo, por más que tu veas. Su hazaña valió la pena.
Efemérides lamenta. La Comisión Permanente de Efemérides Patrias también expresó pesar por el fallecimiento de doña Chana. Doña Chana fue una dama de un coraje y dignidad dignos de admiración. Se destacó por ser siempre un ente conciliador, que nunca reclamó primacía para sí ni para su difunto esposo dentro de la conjura que ajustició a Trujillo en 1961, dijo Daniel Balcácer, presidente de Efemérides Patrias.
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Mujer ejemplar
Muchos de los que asistieron a la funeraria Blandino al velatorio de doña Chana Díaz, coincidieron en que se trató de una mujer ejemplar, que permitió que su casa fuese punto de reunión de los héroes y de una vida activa en la Fundación Héroes del 30 de Mayo, desde donde procuraba porque la hazaña de aquellos valientes hombres no fuera olvidada.
Muchos la extrañaran
El presidente de Efemérides Patrias, Juan Daniel Balcácer agrega que su ausencia será notoria de ahora en adelante y sobre todo en los actos programados para conmemorar el 50 aniversario del ajusticiamiento y del cobarde asesinato de su esposo y los demás héroes.