ARIDIO PERDOMO
PUERTO PLATA.- Doña Juana Malvina Cruz, con sus 108 años, posiblemente es   una de las pocas mujeres de nuestro país que ha visto caer las hojas del calendario años lustros en tres siglos diferentes, 19, 20 y 21.

Cruz forma parte de la cuna de longevos que habitan en Puerto Plata, de acuerdo a lo expresado por el periodista Carlos Acevedo, director de la revista D´ Plata, en la que se insertó en su última edición un amplio reportaje sobre la vida de Juan Malvina.

Pese a sus años luengos, esta longeva reafirma que pocas veces ha tenido enfermedades serias y hasta resulta con asombro para los periodistas que la entrevistaron observar como ella se adentra en la lectura de cualquier libro sin tener que recurrir a los lentes de auxilios propios de personas de su edad en estos tiempos.

Y para avalar esta aseveración algunos de sus parientes más cercanos afirmaron «que hasta hace poco, lo más ameno que doña Juan Malvina regalaba a las personas que la visitan en su hogar era el curio espectáculo de ensartar una aguja el primer intento, lo que hacía con destreza y gran amor»

Su sentido de humor es envidiable y con gran espíritu jovial relató que a pesar que han pasado todos esos años, y que en su juventud tuvo una vida muy afanosa, trabajando en el campo de la agricultura, lavando y planchando, muy pocas de las jóvenes de ahora «me pueden dar por los ruedos de mi vestido a la hora de atender un hogar como se merecen los hombres responsables de nuestros tiempos idos».

Esta dama de fino modales recuerda con claridad meridiana que nació en el distrito municipal de El Estrecho, del municipio de Luperón, en el año 1889, el mismo año en que mataron al presidente Ulises (Lilís) Heureaux, nativo de Puerto Plata.