Doña Rosa resume sus logros

Doña Rosa resume sus logros

MARÍA MERCEDES
El 16 de agosto de 2000, el país tuvo nuevamente una primera dama. Sin duda, muchas fueron las expectativas que giraron en torno al trabajo que realizaría doña Rosa Gómez de Mejía.  Ella, consciente de que en la última década, el papel de esposa del primer mandatario de la nación ha experimentado cambios significativos en América, creó su Despacho, dependencia que recibió el apoyo del presidente Hipólito Mejía, quien formalizó sus funciones mediante el decreto 741-00 del 10 de septiembre de ese año.

Los años pasaron, y con ellos fueron germinando los frutos de las semillas que esta dama junto a su equipo de trabajo sembró en tierra fértil, de ahí que presentara: Las memorias del Despacho de la Primera Dama, durante un acto realizado en la Secretaría de Estado de Relaciones Públicas, que contó con la presencia de funcionarios del Gobierno, diplomáticos y amigos.

Al inicio de la actividad fue presentado un vídeo con las imágenes de la labor que realizó la Primera Dama en los distintos sectores de la vida nacional.

Nancy Handal de Mejía, coordinadora ejecutiva del Despacho de la Primera Dama, creado como una instancia técnico-administrativa bajo el ámbito de la Presidencia de la República, expresó que atendiendo a su marco conceptual, la dirección y el equipo técnico, definieron e implantaron las líneas de acción siguientes: Educación para el trabajo y la vida; Asistencia social y apoyo a iniciativas socio comunitarias; Seguimiento de acuerdos internacionales; Protocolo y gestión de recursos y Fortalecimiento institucional.

En su discurso, la Primera Dama hizo un recuento de las actividades desarrolladas por los sectores que fueron beneficiados. “Mi labor estuvo centrada en los aportes a comunidades de distintos puntos del país, a favor de la niñez, las amas de casa, madres, instituciones sin fines de lucro y los eventos internacionales en los que participé”.

Dijo que durante su gestión apoyó los programas sociales que impulsó el Gobierno presidido por su esposo, Hipólito Mejía, y que a través del programa: “Educación para el trabajo y la vida”, y con la meta de fomentar un nuevo liderazgo fundamentado en los valores de democracia, respeto mutuo, justicia, derechos humanos y cultura de paz, logró capacitar cerca de 250 jóvenes a través de la ejecución del Proyecto Jóvenes Líderes para la Paz y dar apertura al Museo Infantil Trampolín.

En el ámbito de los compromisos internacionales le dio seguimiento a los programas y proyectos emanados de las Conferencias de Primeras Damas, Esposas y Representantes de Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas. Destacó la celebración de la XII Conferencia de Primeras Damas, Esposas y Representes e Jefes de Estado y de Gobierno llevada a cabo en octubre del año pasado en el país.

Con palabras muy emotivas, agradeció al personal que le acompañó durante su misión, de manera especial a Nancy Handal de Mejía, a su esposo, hijos, nietos y al pueblo dominicano por haberla aceptado con tanto cariño y consideración, y a Dios por la oportunidad que le brindó de servir a su país.

El auditorio se puso de pie para aplaudirla. Aunque fue el final de una historia de su vida, ese momento quedará grabado en su corazón, al igual que todos los que aparecen explicados con gráficas en sus memorias.

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