Doña Trina y Margarita en Haití

Doña Trina y Margarita en Haití

La primera dama de la República Dominicana, doña Margarita Cedeño de Fernández, ha venido a Puerto Príncipe, en una visita histórica, que ha causado una positiva resonancia en la sociedad haitiana.

Nadie jamás imaginó la gran acogida que tendría la presencia de la señora Fernández en Haití, en momentos en que este pueblo sufre las secuelas del desgarrador terremoto que estremeció los cimientos de este país el pasado 12 de enero.

Ella vino a dar su mano amiga a la primera dama de Haití, doña Elizabeth Debrosse Préval, quien mantiene una loable lucha para socorrer a los niños que han quedado desamparados por causas de esta tragedia. La primera dama dominicana no llegó con las manos vacías. Vino con una gran cantidad de aulas móviles equipadas que entregó a su homóloga haitiana, en presencia de cientos de niños que correteaban alegres en el entorno.

Allí estaban los ministros de Educación de la República Dominicana, profesor Melanio Paredes, y el profesor Jean Derossier Pierre Noel, de Haití.

El gesto de la primera dama dominicana ha sido recogido por la prensa internacional como la primera acción noble de una primera dama del mundo que viene a Haití para ayudar a un pueblo que sufre.

Una alta personalidad de la República Dominicana, cuyo nombre me reservo, me ha consultado sobre algún precedente que registre la historia en cuanto a la visita de una primera dama a Haití.

Como aficionado de la historia, he hecho una búsqueda rápida y me encuentro con que es la primera vez en la historia que una primera dama visita oficialmente Puerto Príncipe.

En 1911, el presidente Horacio Vásquez, como guerrillero fugitivo, acosado por el funesto gobernante Eladio Victoria, se refugió en Haití y buscó el auxilio de su amigo el presidente Cincinnatus Leconte. Doña Trina Moya de Vásquez lo acompañó en esa travesía. Ella entabló amistad con doña Joséphine Leconte (nacida Reine Joséphine Laroche). La primera dama haitiana murió meses después de una rara enfermedad. (Ver “Haití a la Une” de Jean Desquiron).

Dantes Bellegarde, en su libro “Intervención de Estados Unidos en Haití”, narra que doña Trina Moya estuvo en Haití en diversas ocasiones durante los tantos exilios de su esposo, en 1915 ella intervino ante una corte “Prebotable” para liberar a un grupo de periodistas acusados de incitar la insurrección del general Carlomagno Peralta. Doña Trina visitó discretamente Haití en 1929, pero no en visita oficial.

Compartió con la primera dama haitiana Marie Borno (Marie-Hélene Saint Macary, nombre de señorita), esposa del presidente Louis Borno. De 1930 a 1941 no hubo primera dama en Haití, pues el presidente Sténio Vincent era soltero. De la esposa del presidente Elie Lescot, quien gobernó de 1941 a 1946, no poseo ningún dato, pero supongo que vivió en Santo Domingo, pues él fue embajador de Sténio Vincent.

No he visto en ningún periódico de la época que el presidente Rafael Leónidas Trujillo Molina se haya hecho acompañar de su esposa cuando visitara Puerto Príncipe en los años 30 y 40.

Tampoco creo que cuando el coronel Paul Magloire visitó Elías Piña, siendo Presidente, haya venido con su esposa. En el libro “Una Cámara Testigo de la Historia”, del historiador neozelandés Bernard Diedrich, no aparece, en el capítulo dedicado a esa visita, ninguna referencia al respecto.

Madame Estimé (nacida Lucienne Heurtelou) visitó República Dominicana, pero ya no como primera dama, pues su esposo, el presidente Dumarsais Estimé (1946-1949) era enemigo de Trujillo. (La señora Estimé fue asesinada por un desalmado delincuente en el 2006 en una joyería, en Puerto Príncipe. Tenía 85 años de edad).

Creo que doña René Klang de Guzmán intentó venir a Puerto Príncipe a visitar a Michelle Duvalier (Michelle Bennet), pero esa visita no tuvo efecto.

La primera dama Margarita Cedeño de Fernández visitó las ruinas del Palacio Nacional, donde fue recibida por el presidente René Préval, en los jardines, junto a los parlamentarios haitianos, entre ellos el presidente del Senado Kelly Bastien, quien estuvo hospitalizado en Santiago de los Caballeros. Bastien, en medio de lágrimas, agradeció las atenciones que tuvo el pueblo dominicano con sus hermanos de Haití luego de la tragedia.

Esta visita representa una simbología de paz y amistad muy importante en las relaciones de los dos países.

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