Donald Trump: Del reality show al realpolitik

Donald Trump: Del reality show al realpolitik

El pasado viernes asumió como el 45° presidente de los Estados Unidos Donald John Trump, nacido el 14 de junio de 1946. Su madre era una inmigrante escocesa y su abuelo paterno era alemán (el apellido original era Drumpf), obtuvo el título de bachellor en economía en la Wharton School, magnate inmobiliario, propietario de casinos y de certámenes de belleza, quebró en varias ocasiones, pero su salto al estrellato mediático lo logró gracias al reallity show “The Apprentice” en la NBC desde 2004 a 2015 y justamente este hombre, que pocos apostaron a su triunfo, es hoy el presidente de la principal potencia mundial.
Sin lugar a dudas Trump es el presidente electo de los EU que más inquietud y preocupaciones ha provocado en su país y fuera de él. Ganó la contienda interna a 17 precandidatos republicanos del establishment y cuando se creía que Hillary Clinton era un “clavo pasao”, resultó que obtuvo el triunfo por los votos electorales aunque la candidata demócrata lo superó en más de dos y medio millones de votos populares.
El magnate supo encantar a un electorado, especialmente de clase media y baja blanca, que había visto esfumarse el “american dream” y a ese amplio sector Trump le tocó la melodía adecuada achancando a la inmigración, los tratados de libre comercio, de ser la causa de sus males, atizó la xenofobia, el odio contra los musulmanes, culpó a China de la pérdida de empleos en los Estados Unidos; todo ello frente a una candidata con alta tasa de rechazo, pintada como una representante de Wall Street, con un comportamiento poco transparente y además ayudado con el hackeo ruso a los correos del Partido Demócrata.
Muchos calcularon que el Donald Trump candidato era una especie de construcción mediática, similar a la del “The Apprentice”, pero no, el presidente electo con su discurso, sus tuits y la conformación de su gabinete ha demostrado que es la misma persona y va con las mismas ideas a la Casa Blanca.
Trump genera muchas incertidumbres, a nivel de EU y el resto del mundo, porque carece de un programa, se mueve en una improvisación constante y a todo eso se suma su arrogancia, ignorancia, adonismo y la influencia que puedan tener su familia y sus negocios globales en la toma de decisiones.
En materia de política exterior ha sido reiterativo en el maltrato a México, en los elogios a Vladimir Putin, la crítica a China, el elogio del Brexit, el vaticinio de que otras naciones saldrá de la Unión Europea, su rechazo al Transpacific Partnership (TPP), la revisión o ruptura del Nafta y hasta críticas a la canciller alemana, Ángela Merkel, por su apertura a la migración musulmana.
La primera víctima de Trump será México y desde ya empresas automotrices, como la Ford y la General Motors, cancelaron inversiones y anunciaron la relocalización en EU, amenazó también con aranceles a la Toyota y la BMW si se instalan en México. Allí se perderán millares de empleos en el sector automotriz y en otras áreas, mientras veremos mayores devaluaciones del peso mexicano, un aumento de la inflación, caída del producto y fuga de capitales por estas señales de inestabilidad y el aumento de los tipos de interés en los Estados Unidos.
Si la economía de los EU logra mayores tasas de crecimiento por la reducción de la tasa impositiva a los más ricos, el aumento del déficit fiscal y la inversión en infraestructuras, eso favorece a la economía dominicana, pero las políticas proteccionistas y las amenazas arancelarias a la instalación de empresas fuera de los EU podría afectar negativamente el crecimiento de nuestras zonas francas y la posibilidad de inversión extranjera directa en otras áreas.
Comenzó la era de Donald Trump, el desmonte de los logros de Obama, los cambios geopolíticos, las guerras comerciales y el temor de la humanidad de que la famosa frase “You are fired” que gritaba a los perdedores del reality show, también sea aplicada, solo que ahora sea en la realpolitk.

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