MACON. Arrinconado en una esquina y con tensiones financieras, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cargó contra la familia de su rival demócrata a la Casa Blanca y defendió su lucha para contener la pandemia del coronavirus mientras trataba de revitalizar su debilitada campaña a la reelección en el conocido como Cinturón del Sol.
A unas pocas semanas de las elecciones, Joe Biden intentó mantener a los votantes centrados en la atención médica en su periplo por el centro-norte del país.
Trump hizo campaña el viernes en Florida y Georgia, dos estados vecinos en los que dominó hace cuatro años y donde debe volver a ganar para revalidar la presidencia.
Su decisión de dedicar el horario de máxima audiencia del viernes por la noche a Georgia destaca la gravedad del reto: lejos de su plan original de expandirse a estados de tendencia demócrata, está trabajando para evitar una derrota de proporciones épicas.
Ningún candidato presidencial republicano ha perdido Georgia desde George H.W. Bush en 1992. A principios de semana Trump ya tuvo que cortejar a los votantes en Iowa, un estado que ganó por casi 10 puntos en 2016.
En Florida, el presidente calificó a los Biden como “una familia del crimen organizado“, renovando sus denuncias diarias sobre el hijo del candidato, Hunter, y sus negocios en Ucrania y China.
Con un mensaje más centrado en su audiencia en Florida, Trump habló directamente a los mayores, cada vez más resentidos con su gestión de la pandemia.
“Estoy removiendo cielo y tierra para proteger a nuestros mayores del virus de China“, señaló utilizando su habitual término despectivo para describir el coronavirus. Además, ofreció una evaluación optimista de la pandemia a pesar del repunte de infecciones en todo el país.