Tegucigalpa. La imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será quemada en Tegucigalpa la última noche de 2018, por su rechazo a los miles de inmigrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, que en octubre pasado intentaron entrar de manera ilegal a su país en varias caravanas.
Trump es la principal figura, representada en un monigote, que los empleados de un taller de tapicería en el extremo sur de Tegucigalpa escogieron este año para prenderle fuego durante la Nochevieja para despedir 2018 y recibir 2019 con la esperanza de que el nuevo año “traiga bienestar para los hondureños».
De la quema entre el estallido de cohetes y morteros no se escapará la corrupción, que los artesanos la han representado en un monigote con la figura del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, cuyo gobierno y otros recientes han sido salpicados por denuncias de delitos de corruptela.
“Tratamos de hacer algo bonito, a la gente le gusta la crítica sana que hacemos para ver si los gobernantes algún día deciden cambiar”, dijo a Efe Gustavo Lagos, uno de los empleados del taller de tapicería que, desde hace quince años, viene elaborando monigotes para ser quemados al final del año.
Los artesanos elaboraron la imagen de Donald Trump subido en un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, en posición de vigilante para impedir, con una pistola en su mano derecha, que los inmigrantes hondureños y de otros países de Centroamérica ingresen al país del dólar.
Otros monigotes con figuras representando a inmigrantes en caravana hacia Estados Unidos subidos en una carreta tirada por un burro, que es guiado por un hombre humilde con sombrero representando al pueblo hondureño, también será quemado en la última noche de 2018.