El miércoles 3 de abril, varios medios de comunicación financiera de los Estados Unidos entre ellos Bloomberg, anunciaron que supuestamente el expresidente estadounidense, Donald Trump, en caso de resultar electo aplicaría un 60% de aranceles a todas las importaciones procedentes de China, y un 10% a todas las importaciones que provengan del resto del mundo. En los últimos años, las discusiones sobre políticas comerciales se han vuelto cada vez más prominentes, particularmente en lo que respecta a las relaciones de Estados Unidos con China y la imposición de aranceles dentro del marco de la guerra comercial que libran ambas naciones.
Desde su primera administración, el presidente Trump ha planteado la idea de imponer aranceles como medio para proteger las industrias nacionales y reducir los déficits comerciales. Sin embargo, las posibles consecuencias de dichos aranceles en indicadores económicos claves como la tasa de inflación, la producción, el consumo y la inversión justifican un análisis cuidadoso. En este artículo, utilizamos un modelo de autorregresión de vectores estructurales (SVAR) para evaluar los posibles efectos de imponer un arancel del 60% a todas las importaciones procedentes de China y un arancel del 10% a todas las importaciones procedentes del resto del mundo en la economía estadounidense.
Los modelos SVAR son poderosas herramientas en econometría que nos permiten analizar las relaciones dinámicas entre diferentes variables de un sistema económico. Al imponer ciertas restricciones estructurales, los modelos SVAR pueden ayudarnos a identificar el impacto de los shocks exógenos sobre las variables endógenas. En nuestro análisis, construimos un modelo SVAR para la economía estadounidense que incorpora variables claves como: la tasa de inflación, la producción (PIB), el consumo y la inversión. Luego simulamos los efectos de imponer aranceles a las importaciones procedentes de China y el resto del mundo dentro de este marco.
Con los resultados de nuestro modelo econométrico SVAR, es probable que la imposición de aranceles conduzca a un aumento de la tasa de inflación general en el corto plazo en un 3.9% para el primer trimestre de 2025 (en caso de ser aplicados), causando así un aumento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal para contener la posible presión inflacionaria. Los aranceles sobre las importaciones procedentes de China, en particular, pueden contribuir a elevar los precios de los bienes de consumo y los insumos intermedios, ejerciendo así una presión al alza sobre la inflación. Sin embargo, la magnitud del impacto inflacionario puede verse moderada por factores como la capacidad de respuesta de los productores nacionales al aumento de la demanda y el grado en que los importadores absorben los costos arancelarios en lugar de trasladarlos a los consumidores.
El efecto de los aranceles sobre el PIB es más complejo y depende de varios factores, incluida la elasticidad de la demanda de bienes importados, la sustituibilidad de los bienes nacionales y el nivel general de actividad económica. En base a los supuestos establecidos en nuestro modelo econométrico podría causar una caída del PIB real de la economía estadounidense de un 1% en el año 2025, lo que resultaría que la economía entre en una recesión para el próximo año en caso de aplicarse dichas medidas arancelarias. Si bien los aranceles pueden inicialmente impulsar la producción nacional en ciertas industrias a medida que los consumidores cambian a bienes de producción nacional, también pueden conducir a una reducción de las exportaciones y a perturbaciones en las cadenas de suministro globales, lo que podría afectar el crecimiento general del PIB.
En cuanto a su impacto en el consumo es probable que los aranceles tengan un impacto negativo en el consumo, ya que los precios más altos de los bienes importados reducen el poder adquisitivo de los consumidores. Además, la incertidumbre en torno a la política comercial puede generar cautela en los consumidores y renuencia a gastar, lo que reducirá aún más los niveles de consumo, lo cual sería letal para la economía estadounidense, dado que el consumo representa el 70% del crecimiento del PIB. En otro tenor, La imposición de aranceles podría frenar la inversión empresarial, particularmente en industrias que dependen en gran medida de insumos importados o están expuestas a medidas de represalia por parte de socios comerciales. De igual manera, la mayor incertidumbre respecto de la política comercial también puede llevar a las empresas a posponer decisiones de inversión, lo que afectará aún más los niveles generales de inversión.
En conclusión, nuestro análisis utilizando el modelo econométrico SVAR resalta la naturaleza compleja y multifacética del impacto potencial de los aranceles en la economía estadounidense. Si bien los aranceles pueden ofrecer beneficios a corto plazo a determinadas industrias nacionales, también conllevan riesgos importantes en términos de inflación, producción, consumo e inversión. Las autoridades estadounidenses en una posible administración del presidente Trump deben sopesar cuidadosamente estas compensaciones y considerar medidas políticas alternativas para lograr sus objetivos económicos. Además, el monitoreo y análisis continuo de los datos económicos serán esenciales para evaluar la evolución de los efectos de los aranceles en la economía estadounidense y para informar futuras decisiones políticas. Y, esperamos que esas medidas sean solo un rumor, ya que sus efectos en los mercados financieros serían aún más devastadores dado el contexto macroeconómico global y geopolítico adverso bajo la persistente amenaza inflacionaria que se muestra en el horizonte.
Referencias:
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