¿Dónde encuentro seguridad?

¿Dónde encuentro seguridad?

Uno de los principales y más buscados valores es la seguridad. Queremos sentirnos seguros en lo económico, en lo emocional, en lo laboral. Si uno de estos renglones está inestable, los demás se ven afectados.  Con ansiedad vamos tras   todo aquello que nos  establezca y nos proporcione la paz que entendemos llegará si lo poseemos. El dinero suficiente para asegurar un futuro, la persona adecuada para tener estabilidad emocional, el trabajo que me permita sentirme realizado. Son muchos los factores que deben conjugarse para no vivir presos de la inseguridad.

Qué triste es cuando nos damos cuenta que todo aquello en que hemos cifrado nuestra esperanza puede dejar de existir  en un segundo. Es suficiente un instante para que desaparezca lo  que nos hacía sentir confiados y con dominio  de las circunstancias.

La Palabra de Dios, en el libro de Isaías, con claridad nos muestra un lamento por quienes en los caballos buscan apoyo, confían  en los carros porque son muchos y en los jinetes porque son fuertes, pero no miran al Santo de Israel ni buscan al Señor.

Es hora de cambiar nuestra visión,  de que entendamos que la única seguridad de nuestra vida es creerle al Señor, vivir conforme a Su Palabra  y confiar en Él con todo nuestro corazón.

Aunque no poseamos nada,  si esperamos en el Señor lo tenemos todo. Sólo  Él puede decirnos que aunque seamos abandonados y olvidados, Él nunca nos dejará. De los hombres podemos recibir  rechazo, decepciones, abandono. Del Señor, confianza, seguridad y esperanza.

Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre, apoyarse en nuestro Padre Celestial que en príncipes. No hagamos de  lo que perece nuestra fortaleza, no apartemos de Dios nuestro corazón. El Señor es nuestra seguridad  y nuestra canción; sólo en Él encontramos salvación.

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