¿Dónde está el Rey?

¿Dónde está el Rey?

POR LEONOR ASILIS
Hoy celebramos la fiesta de Cristo Rey. Es una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que Cristo es Rey del Universo. Esta fiesta fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de marzo de 1925 para motivar a los católicos a reconocer públicamente que el mandatario de  La Iglesia es Cristo Rey. Y es que Él es el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin. Su Reino es eterno y universal. La gran noticia es que puede empezar ya.

Basta que le abramos nuestros corazones y dejemos que Él nos inunde de

Su amor guía nuestras vidas. Jesucristo nos llama y dice en su palabra como debemos valorar su Reino: es semejante a un tesoro escondido en un campo que quien lo encuentra, lo oculta, y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo; también nos refiere a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende cuanto tiene y la compra.

Y es que este Rey, el verdadero Rey es nuestro Dios bueno que nos ama,  Nos sana, ¡nos alivia!

He tenido la dicha de recibir una joya de meditación de un joven de dieciséis años, José María Cabral (hijo), cuya juventud no ha impedido que sepa descubrir el gran tesoro del Reino de Cristo y que nos invite a meditar y vivir estas palabras de Jesús: “Vengan a mí los que van cansados, llevando  pesadas cargas y yo los aliviaré”.( Mt 11, 28).

Leamos a José María: “En esta hermosa cita, Jesús nos invita a que nos acerquemos a Él quien es el único que puede aliviar nuestros dolores. Jesús demuestra que todo aquel que  esté llevando una vida agobiada, una vida desastrosa puede encontrar alivio en Él.

Jesús nos hace un llamado a todos nosotros con esta palabra, no importa que tan cerca o lejos estemos de Él, esta palabra es un llamado para cada uno de nosotros. Jesús nos llama a que le entreguemos cada problema de nuestra vida ya sea grande o pequeño, espera inmensamente  que confiemos en Él para que nuestra fe nos ayude a salir del problema.

Debemos ser humildes, todos, por más felices que seamos, por más que

Pensemos que no estamos llevando  una vida dificultosa, aunque  creyéramos  que no necesitamos  a Jesús en nuestra  vida es mentira. Te engañas a ti mismo, todos necesitamos de Él, no seas como los otros ignorantes  que creen que ellos pueden salvarse  por su cuenta. Responde a este llamado que te hace el Señor cada día de tu vida, acércate a Él, entrégate a Él para que Un día, el  día más feliz de tu vida, puedas compartir con Él un lugar en el cielo”. (J.M.C.)

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leonor.asiilis@verizon.net.do

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