“¡Tira la moneda, la cara que salga no importa!… ¿O si?”
A nosotros nos encanta jugar a tirar la piedra y esconder la mano… ¿O no? “Mira Herminio -exclama Píndaro- No digas disparates… Nosotros los dominicanos somos certeros y cuando nos proponemos algo luchamos a brazo partido a que lo cumplimos…¿O no es así?”… Así suena el ambiente, mientras estos dos personajes de la historia entablan una conversación que está al borde de una discusión con sentido –porque muchas son las veces que se van a una lucha sin cuartel y sin sentido-…
Ya te vi el otro día programándote un viaje a la Poza de Bojol… ¡Te crees un sabeloto y lo grande es que se lo estrujas así a los otros!” –le reprocha Herminio a Píndaro-… “Sí, porque cuando yo veo a otros haciendo lo que les da la gana pienso que yo también puedo ser dueño del mundo!… ¿O no?”-replica Píndaro-….
Herminio y su alter ego están llegando a un balneario del interior del país, luego de un viaje cargado de expectativas, pues al largo toque de queda todavía le queda el fin de semana… En unos días estará acortado para que los afrentosos y los alitraneaos se sientan entonces más a sus anchas, sin importarles aquello que llaman covid…”-Heyyy, Herminio! –grita Píndaro-… ¿Eso que está ahí no es una piscina?… O… ¿No te parece como un detutane?” –agrega-… “Jajajajaja…-ríe Herminio-…
¡Te voy a dar una cuerda, porque esto está cundío de gente!… ¡Mira aquel flinflin con esa furufa allí!… ¡Y aquel entremetío falfullero se ve gambao y en cualquier momento se resbala en la piscina!”… Ese parece ser el ambiente al que han llegado Píndaro y Herminio… Es como una pequeña jaladera que, si no para en un rebú, lo más probable es que salgan to’contagiao! –grita Píndaro, a quien ya con solo llegar se le ha pegado el acento de la zona-…
Herminio está espantado con lo que ve… Siete en una mesa bebiendo como locos y hablando hasta babearse del humazo… Muchos abrazos y blablablá al por mayor… Parece que la prángana se vio detenida en el tiempo y se dio permiso para que toda esta gente se beba hasta la ñapa sin importar que le pueda dar una sirimba… “Mira, Herminio –exclama Píndaro-… ¡Aquí se va armar la de Villadiego porque este desparpajo lo que va a provocar es que titirimundache, hartos como una chincha, ahorita les dé con cantar y celebrar lo que para ellos es una fiesta y se empiece a hablar vacuencia sin control!”.
“¡Mira… Mira… Mira, Herminio! –grita Píndaro-… Ese que está ahí a tu derecha tiene un desespere que mete miedo!”… A unos metros, un pasado de tragos ya cerca del mediodía le grita a un mesero ‘¡Apéame uno de esos potes que están ahí en la barra!’… A lo que el pobre y servicial hombre no tiene más que hacerle caso y al pasarle el trago embotellado mientras le reclama “¡Usted parece que está alitraneao… Le va a coger la bemberria y, al final, va a gotear!”… Píndaro mira a Herminio y le comenta al oído: “¡Ese tíguere sí es agentao!.. ¿Qué es lo que se cree?… A lo mejor es un aguajero de marca mayor y se cree un chivito jarto de jobo sin darse cuenta que en cualquier momento la vida le puede cantar bingo!”
En lo que el hacha va y viene, Píndaro y Herminio se pasean entre el fracatán de gente y, al pasar cerca de la piscina, escuchan unos gritos… Es aquel que estuvo fuñendo al buen camarero… ‘¡Me duele el alma! –grita desesperado-… ¡Ni el guille que me di para venir me ha servido pa’na!… ¡Ayyyyyyyy! –grita ahora con más fuerza-… Al segundo, un guachimán que estuvo escondido ha llamado al 911… Ya el montro se ha plegado en el suelo y se revuelca como un palomo sin rumbo fijo…
Mientras los paramédicos le atienden, se dan cuenta que el tufo le llega hasta el tuétano… Cargan con él y a los demás les importa un bledo… Es muy posible que algunos se hayan contagiado del virus que nos visita… Para ellos, la vida significa poco… “¡Oye, Herminio! –grita Píndaro en ese momento-… Puedes tirar la moneda que dijimos íbamos a lanzar para apostar entre la vida o la muerte, en los casos que viéramos burlar la cuarentena y el respeto por el uso responsable de la mascarilla…
Tal y como veo el ambiente de ‘meseimporta’, tira la moneda, la cara que salga no importa!… ¿O sí?”.