¿Dónde estarán?

¿Dónde estarán?

En memoria al Dr. Nelson Ledesma Pérez

Recorriendo mi accidentada ciudad observo las personas interactuar y, al detenerme, me pregunto: qué suerte correrá mi generación y la que me sigue? ¿Dónde estarán aquellos ciudadanos románticos comprometidos con el deber cumplido, firmes a sus principios y valores que procuraban un Estado socialmente comprometido?

¿Dónde estarán quienes anhelaban y alzaban sus voces propugnando por una República Dominicana más justa, más equitativa, menos carente de lo esencial, de aquello que no se compra ni tiene precio? ¿Dónde están los que entienden que la anarquía y el desastre de nuestro pueblo es producto de nuestra propia dejadez y apatía, de falta de sensibilidad ante lo que debería ser, y en cambio nos afanamos por crear una burbuja sectorial pretendiendo que nada nos salpique, apostando que allí estaremos a salvo?

Aún sigo observando y me sigo preguntando, ¿dónde estarán esos dominicanos que nunca han olvidado y han procurado que nunca se olvide la memoria de los combatientes que una vez lucharon por esta Patria y dieron su vida por ella?

Me cuestiono ¿dónde estarán esos hombres que valoran estar con los hijos de “Machepa” al igual que con cualquier burgués, ya que se sienten bien en las dos aguas? Hombres así sólo saben que son hijos de esta tierra y hermanos de todos los que la habitan.

Continúo con la misma interrogante ¿dónde estarán esos ciudadanos que nunca niegan su procedencia y procuran la sencillez a toda costa, característica que contradice lo que actualmente se vive en nuestra torcida ciudad? Una sociedad en donde últimamente se nos induce a creer que sólo existimos para saciar y mostrar una vanidad y ascenso social a toda costa.

Encumbramiento social que no va con los valores y patrones dignos de personas “medianamente educadas”, y es exhibido por una generación carente de valores fundamentales y base social estructurada, que ha escalado y sigue escalando sin sonrojos.

Hoy por hoy, a los 90 y tantos días de tu partida física, voy buscando en dónde estarán esos ciudadanos como tú padre. Siento que mi país ha perdido un gran hombre, agradezco haber sido testigo fiel de tu transcurrir por la vida, verte caminar con igual entusiasmo por las calles marginadas, por los decadentes hospitales y de igual forma por una bella playa de nuestra isla.

Estoy más que convencida de que así como impactaste a tus hijos con tus ansias de educar y compartir tus conocimientos, lo hiciste igualmente con cualquier persona que te escuchó hablar o conversó contigo, ya fuese con un campesino del Sur profundo, un pescador de la ciénaga, un importante ministro, un ilustrado o simplemente alguno de tus estudiantes. Estoy más que convencida que ésta, tu tierra nunca se olvidará de ti.

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