¿Dónde radican los problemas?

¿Dónde radican los problemas?

El tema educativo figura entre mis predilectos, quizás por haber disfrutado de una privilegiada enseñanza que dejó huellas de perdurabilidad en el tiempo.

La calidad de la educación, en el pasado, no puede equipararse con lo que se instruye hoy en los hogares, en las aulas, o lo que uno percibe en la inter-relación con los demás, en los espacios públicos.

He sido persistente en la tarea de sugerir que se estudie, a través de foros multidisciplinarios, los fallos que pudieran ocurrir en la escuela dominicana, así fuere pública o privada.

Es de carácter obligatorio analizar con profundidad dónde descansan las lagunas que afectan el desarrollo del individuo.

Y es preciso encontrar las razones de la tanta violencia callejera o intrafamiliar, las inconductas individuales, los desafiantes comportamientos de gente que se supone ha pasado por un aula universitaria.

En estos días, sesudos analistas han puesto sobre el tapete, por medio de estas mismas páginas de opinión, las supuestas razones que han llevado a una parte de la sociedad a presentar como heroína a una villana que escapó de la justicia, tras un prontuario de transgresiones a las leyes nacionales.

Es comprensible que estas situaciones se den en una sociedad invadida por toda suerte de vicios de la época, y por el afán desmedido de grupúsculos que sólo valoran los bienes materiales como única condición para sobresalir.

Si desde las esferas oficiales se han hecho convocatorias para tratar asuntos intrascendentes o de escasa repercusión en lo económico y social ¿por qué no involucrarnos en una tarea tan importante como la educación?

¿Alguien puede explicar?

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