¿Dónde vamos a buscar energía?

¿Dónde vamos a buscar energía?

En materia de energía la República Dominicana es lo más parecido a un perro que corre en círculos buscando morderse la cola, y cada vez que se cansa se produce un apagón nacional. ¿Qué alternativas tiene el país para resolver el problema energético?

1) Las presas hidroeléctricas, pero durante 4 décadas ésa fue siempre una alternativa que demandaba más préstamos, para más presas, para más deudas, y al final, más crisis de energía.

2) Las plantas termoeléctricas, que proliferan cada vez más llenando el ambiente de monóxido de carbono (además de otros contaminantes) sin que se llegue a suplir la demanda de energía demandada por la población y el sector industrial.

3) Generadores de emergencia, que se han vuelto generadores fijos debido al colapso de las grandes generadoras. Igualmente proliferando con el consiguiente aumento del deterioro ambiental.

¿Qué otras posibilidades existen? 1) Energía nuclear (atómica), lo más cerca que estamos de ella es lo más cerca que pueda llegar Cuba a terminar su central nuclear en Cienfuegos y que pudiéramos comprarle energía. Todos los riesgos del mundo tomando en cuenta lo ocurrido con otras centrales atómicas en países desarrollados. 2) Energía solar de producción industrial. Quienes más cerca están son los israelíes, quienes han dotado de paneles solares gigantes a todas sus nuevas edificaciones, aparte de tener en el desierto del Néguev el más grande centro de investigación y producción de energía solar del mundo, colocándose a la vanguardia de la producción de energía solar y con capacidad de asistir a otros países en ese problema. Pero todavía tienen que hacerla comercialmente rentable, por lo menos a la par con la energía producida por petróleo, aunque ya lo es en términos ambientales.

3) Energía eólica, producida por molinos de viento de casi un millón de dólares cada uno. La energía más limpia del mundo, pero cuya inversión inicial espanta y se hace cada vez más lejana, aunque es posible si el Estado y el empresariado lo asumen con seriedad. 4) Energía maremotriz, producida por los movimientos de las mareas, pero todavía en etapa de ensayo.

Esas son alternativas, con un componente ecológico fundamental, que incluso combinadas pudieran ya ser posibilidades reales en la República Dominicana. Pero ocurre que a lo único que nos enfrentamos es a la posibilidad de tener energía de las fuentes actuales… ¡si la pagamos!. Es decir, si pagamos todos la energía eléctrica, la tendremos. Si las productoras y distribuidoras alegan que no estamos pagando lo suficiente, no la tendremos. De nuevo, hay producción de energía eléctrica si se paga; estamos en déficit de producción y distribución si no hay pago. Pero, ¿alguien sabe si realmente tenemos la producción suficiente? No, nadie sabe, y luego de un par de vueltas detrás del rabo se echa el perro y vuelve el apagón nacional.

El turismo y la energía

No hay energía suficiente, pero el «crecimiento» turístico demanda por meterse en las áreas protegidas, bien lejos de las ciudades, para que se les mande la energía eléctrica allá, a su lejano domicilio, y de paso, instalar generadores propios para aportar su propia cuota de contaminación atmosférica hacia el interior de los parques.

Un plan de consumo, distribución y ahorro de energía en el país implicaría que los proyectos turísticos no se desplacen hasta el interior de las áreas protegidas. Primero porque dañan las áreas protegidas, y segundo porque la distribución de energía hacia tales extremos la hace incosteable, salvo que las generadoras, las distribuidoras y el Estado decidan donarla a los «inversionistas», cosa a la que siempre habrá gente dispuesta.

El problema de la energía a nivel nacional ya ha puesto en peligro la afluencia turística a la República Dominicana. A salvado la situación el hecho de que la oferta turística dominicana sigue siendo la más barata del mercado internacional, y el turismo que piensa utilizar las áreas protegidas es también turismo barato, lo que pone a la República Dominicana de nuevo en el afán del perro en morderse la cola.

La población no aporta lo suficiente como para garantizarse un suministro de energía estable, tomándole la palabra a los distribuidores. El turismo no aporta lo suficiente como para cubrir sus propias fuentes de energía y seguir siendo rentable para el Estado. La industria no recibe la suficiente energía como para mantenerse funcionando a plena capacidad y tampoco puede cubrir privadamente sus necesidades de energía. Y, volviendo a la población, ésta no está dispuesta a renunciar al uso de 8 ó 10 bombillas a la vez, 2 ó 3 radios a la vez, 2 ó 3 televisores a la vez, por la sinrazón de que «cuando hay luz hay que aprovecharla».

Falta, primero que cualquier cosa, un programa de educación serio (no de slogans radiales) con la población para reducir el consumo de energía. Pero ¿le conviene esto a los productores y distribuidores de energía?

Se sale Hidalgo, se queda Popy

Juan José Hidalgo, empresario presidente del consorcio español Globalia, anunció públicamente que retira sus pretensiones de construir dentro del Parque Nacional del Este. Eso significaría también que las intenciones de esta compañía de participar en el negocio de bienes raíces con la venta de terrenos dentro de este Parque quedaría suspendida también.

Nos queda entonces como cabeza más visible dentro del grupo de inversionistas interesados en el Parque Nacional del Este el industrial dominicano Popy Bermúdez, quien también alega la propiedad de terrenos dentro del Parque, los que dedicaría también al negocio de hoteles, no se sabe si con inversión propia o con inversión extranjera.

La familia Bermúdez, una de las más notables de Santiago de los Caballeros, ha estado ligada por varias décadas a la producción de licores -principalmente ron-, el curtido de pieles y otros negocios. El señor Popy Bermúdez incursionó con éxito en la producción de televisión adquiriendo el Canal 9, Color Visión, uno de los canales más rentables de la República Dominicana. Sin embargo, recientemente, y como consecuencia de la oposición del movimiento ambiental y parte de la industria hotelera al desmembramiento de los parques nacionales dominicanos, Color Visión se alineó con la tendencia antiecologista, anticonservacionista y antinacionalista, al asumir una línea editorial de apoyo al desmantelamiento de los parques nacionales, además de impedir que cualquiera de los productores de Color Visión diera cabida a las denuncias a los miembros de la Coalición por la Defensa de las Areas Protegidas.

Esa Coalición, por su parte, hizo un llamado a las familias que, como la familia Bermúdez, tienen bastante arraigo tradicional dominicano, para sumarse a la defensa de las áreas naturales protegidas asumiendo una actitud de respaldo al patrimonio nacional.

La ley de áreas protegidas

El Proyecto de Ley de Areas Protegidas entró en su recta final con el envío al Senado de un adendum firmado por el Presidente Hipólito Mejía en el que «hace observaciones a las observaciones» enviadas anteriormente al Congreso Nacional.

En dicho adendum se da marcha atrás a algunas de las observaciones primeras, volviéndose al punto de partida inicial e insiste en la utilización de zonas frágiles de los parques Jaragua y Del Este, además de introducir modificaciones al Parque Nacional Cabo Cabrón y a la Reserva Antropológica Cuevas del Pomier.

Las modificaciones a los parques nacionales se hacen con el propósito de facilitar la utilización de parte de esos parques para la construcción de infraestructuras turísticas en el seno de ésas áreas. En tanto, la modificación que se insiste en las Cuevas del Pomier tienen el propósito de permitir la explotación de calizas en zonas donde hay cavernas con abundantes pinturas y grabados rupestres, condición esta que le ha valido internacionalmente el reconocimiento de Capital Prehistórica de Las Antillas.

Como la Coalición por la Defensa de las Areas Protegidas no va a quedarse de brazos cruzados, ya está preparando las actividades que enfrentarán a la última intentona por introducir el proyecto de ley de marras.

Con un respaldo internacional sin precedentes en la República Dominicana, la Coalición ha planteado de nuevo la necesidad de que la ley sea discutida en un amplio encuentro técnico con la participación de todas las entidades del sector ambiental, científico, técnico, económico, empresarial y estatal. Y hasta que eso no ocurra estará convocando actividades de rechazo al proyecto. Desde ya se programa una gran actividad masiva en Santiago de los Caballeros, para lo que se contactará a todas las organizaciones de esa ciudad, de San Francisco de Macorís, Bonao, La Vega, Moca, Puerto Plata, Santiago Rodríguez, Nagua, Santo Domingo y otras ciudades.

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