Por Julián Suero
Hace unos días se hizo oficial el anuncio de que el ex pívot Víctor Chacón, será exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano. Excelente elección, se hace justicia con «El Chaqui» quien vistió la franela de la Selección Nacional en más de una decena de ocasiones y paseó su talento por Puerto Rico, Argentina y España. Aplaudo la noticia hasta con los pies.
Lo que no puedo, como hombre del baloncesto, es hacerme de la vista gorda al ver como sigue la campante falta de cronológia para el ingreso de los ex atletas al nicho de los inmortales en nuestra media isla.
¿Entraron a Cooperstown (MLB) Reggie Jackson y Mike Schmidt primero que Mickey Mantle y Brooks Robinson? ¿Entraron a Springfield (NBA) Allen Iverson primero que John Stockton y Larry Bird primero que Bill Russell? No! Jamás! El fallo es recurrente en la anacrónica institución que elige, como les plazca, y eterniza a los deportistas locales.
Para muestra les pongo el siguiente ejemplo, cómo usted me explicar qué Héctor «El Toro» Báez todavía no haya desfilado en algún ceremonial del Pabellón y ya lo hicieron Luis Felipe López y Franklin Western, para quienes el romanense fue parte fundamental en su reclutamiento para la Selección Nacional entre 1993 y 1995.
¿Qué puede alegar el grupo de los sacos verdes para eso? ¿Qué le faltó como jugador? No bastó con ser campeón con San Lázaro en 1974 y 1976, ser medallista en CentroBasket 77, siendo quinteto en todos los partidos, y donde quien acaba de ser elegido no jugó más de un minuto por partido, reforzar en Puerto Rico a Capitanes de Arecibo y Criollos de Caguas en una época que salir a reforzar para un dominicano era una odisea, ser de los primeros en jugar NCAA, ser campeón con San Carlos en 1987 y 1988 y con San Lázaro en 1991, siendo este su último año como jugador activo.
¿No es eso suficiente? Ok, pues sumémosle lo que hizo como entrenador: Medalla de Plata con la Selección Juvenil en 1994, campeonatos con San Lázaro en 1995 y 1996, entrenó a Gaiteros del Zulia en Venezuela, medalla de plata en CentroBasket 2003 con la Selección Nacional de mayores y ese mismo año medalla de plata con los Juegos Panamericanos realizados en Santo Domingo y por último, haber sido Gerente General de Cañeros del Este (LNB) en 2012 luego de cambiar a todos los jugadores nativos de la provincia de La Romana (lo querían matar) y demostrar que el baloncesto se juega con hombres y no con nombres y la creación de EBAHEBA, una escuela de baloncesto que aún sigue en pie de la mano de Pedro Maldonado «El Gato» y que todavía sigue sacando talentos para nuestras canchas, tal es el caso de Brandone Francis.
Si todo esto no es suficiente, pues amén. Héctor Báez es y siempre será un inmortal! Vaya al Pabellón o no.