Dos bandas controlan barriada
de Villa Duarte

Dos bandas controlan barriada<BR>de Villa Duarte

POR LLENNIS JIMÉNEZ G.
Dos bandas se han apoderado del control del sector La Francia en Villa Duarte, las que en menos de tres años han asesinado 18 jóvenes menores de 25 años, y causado heridas permanentes a otros, como la invalidez, denunciaron ayer la junta de vecinos y otras entidades comunitarias.

Los denunciantes se mostraron decididos a revelar el estado de zozobra que se vive en esa zona de Santo Domingo Este.

Indicaron que ha habido tiempos en que cada dos meses cae alguien víctima de los más de veinte jóvenes pertenecientes a las bandas llamadas Los Doce Discípulos y Los Gángsters.

Las organizaciones sociales del sector reclamaron con urgencia la aplicación del programa Barrio Seguro para evitar que más personas caigan víctimas de las pandillas.

Como muestra de las actividades de las bandas, éstas se volvieron a enfrentar en la noche del pasado sábado, ocasionando la muerte de José Perdomo, de 18 años de edad, que pertenecía a Los Doce Discípulos. El joven fue uno de los que a la 1:00 de la mañana del sábado se enfrentó a Los Gángsters en el colmado Alejandro, entre las calles F y A. Resultó herido con un arma blanca y falleció cuando era trasladado al centro asistencial.

VIVEN UN INFIERNO

Un grupo de personas de La Francia que contactó a HOY para exponerle el “infierno” en que jóvenes menores de 18 años tienen la barriada y que hablaron bajo reserva de sus nombres por el pavor que les tienen a las bandas, indicaron que el suceso del sábado fue el detonante.

El supuesto agresor de Perdomo, identificado como Henry Polanco, se encuentra detenido en el destacamento Felicidad.

Contaron también que hace alrededor de un mes, un delincuente del sector baleó a William Cuevas, por riñas. Manifestaron que a Cuevas, residente en la calle C, en el hospital Darío Contreras, le debieron amputar la pierna alcanzada por el proyectil.

Se alega que los ocho policías de la dotación de Villa Duarte no dan  para atender a las familias de La Francia. A la gente no le fue posible contactar una patrulla en la noche del sábado, ni pedir la emergencia en el 911.

El año pasado fue asesinado de dos puñaladas Joan Manuel González D’Aza, quien vivía en la calle U, número 36. De su muerte se culpa a un vendedor de tripas, apodado “Guasa Guasa”, quien reclamaba el pago de las tripas que consumió Joan, al que primero le lanzó picante en los ojos.

En el 2006, también le quitaron la vida a Wally Ramírez, de 18 años, y otro recordado como Méndez. Uno vivía en las calles C y otro en el sector Villa Consuelo, pero hacía vida en Villa Duarte.

Los dirigentes barriales contaron que con frecuencia caen jóvenes en manos de policías y más de 30 están presos. Hay dos presos cumpliendo condenas de 20 años y uno sentenciado a 30 años, todos acusados de asesinatos y de encabezar bandas. “Necesitamos que las familias decidan actuar y que la Policía se acerque a este lugar”.

A lo interno del barrio hacen vida los indeseables que inquietan a las 30,000 personas que se estiman viven en este sector. Se desplazan por las 16 calles, de día y de noche.

“Aquí hay un desorden, esto va de generación en generación, porque los muchachos ven lo malo que los grandes hacen… Anteriormente, aquí bahía bandas adultas, que se mataban entre ellas”, sostuvo uno de los individuos que ofrecieron la información.

Precisaron que los delincuentes intentaron matar a un dirigente barrial el año pasado y que con frecuencia, amenazan a los demás.

Expresaron que los miembros de las pandillas, que mantienen viejas rencillas y que se disputan los espacios del sector, hace poco iniciaron un pleito que terminó en machetazos, lanzamientos de botellas y puñaladas con distintos objetos cortantes.

HACEN OSTENTACIONES

Las personas que denunciaron el sobresalto con que se vive en  La Francia, donde la mayoría de los jóvenes de las  bandas se identifican con los nombres y las frases popularizadas por los grupos de reguetoneros, expresaron que algunos muchachos trabajan y estudian, pero que otros obtienen muchos recursos para comprarse tenis de marca y vestimentas caras, al estilo de los exponentes del citado género musical.

Aunque no se tienen informes de que los integrantes de las bandas atraquen, violen y consuman drogas, la gente advierte que los jóvenes en pandillas pertenecen a familias pobres, y aún así, hacen ostentaciones.

Para señalar un ejemplo, explicaron que la madre de la víctima del sábado se dedica a la venta de habichuelas con dulce en la acera de una calle de la populosa barriada.

Los dirigentes comunitarios hicieron un llamado al secretario de Interior y Policía, Franklin Almeida Rancier, para que haga algo que evite que los muchachos del sector sigan en la delincuencia y que La Francia sea una tierra de pandilleros.

Se quejaron los los habitantes de este sector que hicieron la denuncia de que no reciben ayuda de ningún sector ni organismo del Estado.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas