Dos calles con nombres de espeleólogos

Dos calles con nombres de espeleólogos

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
No conozco de ningún país donde alguna de sus calles lleve el nombre de un espeleólogo o una espeleóloga. Pero acaban de darse ambos casos en Santo Domingo. Dos calles del Residencial Costa Verde fueron denominadas con los nombres de Tammy Domínguez y Amaury Villalba, en homenaje al trabajo desarrollado por ambos en beneficio de ciencias como la biología y la espeleología.

Tammy Domínguez Montandón y Amaury Villalba Cisneros –bióloga la primera y agrónomo el segundo– murieron al caer la avioneta en que trabajaban mientras realizaban una labor de conteo de manatíes sobre la costa sur de la República Dominicana. También murió el piloto de la avioneta: Julián Abréu, sobreviviendo al accidente el biólogo José Alberto Ottenwalder.

Tanto Amaury Villalba como Tammy Domínguez fueron miembros fundadores del Espeleogrupo de Santo Domingo. Años antes, Tammy fue también miembro de la antigua Sociedad Dominicana de Espeleología. Ambos participaron en la mayoría de expediciones realizadas por el Espeleogrupo en sus primeros años. Amaury Villalba fue el responsable del diseño del logo del Grupo. Su especialidad innata de artista del diseño gráfico asociado a la naturaleza le mereció la preferencia de todas las organizaciones para sus trabajos de diseño y publicaciones. Amaury fue autor de todos los grandes diseños de la empresa gráfica Alfa & Omega.

Tammy Domínguez, como espeleóloga, era considerada en la organización como la más hábil y entrenada en el trabajo de cuevas. En la Sociedad Espeleológica de Puerto Rico (SEPRI), dada su vinculación con esa organización, era considerada la representante por excelencia de la espeleología dominicana. Como bióloga, participó en muchos de los proyectos de investigación en áreas protegidas realizados hasta su muerte. Sus trabajos de fotografía, tanto de cuevas como de ambientes naturales exteriores fueron tan notables que le valieron un premio internacional de fotografía.

Julián Abréu, el piloto, por su parte, había participado en muchos trabajos de reconocimiento aéreo para proyectos relacionados con las áreas protegidas y la investigación en otras zonas naturales bajo estudio.

Las calles que ahora llevan los nombres de Amaury Villalba y de Tammy Domínguez, pertenecen a un sector apacible, tranquilo, limpio y bien cuidado levantado junto al mar, a la entrada de la zona portuaria de Haina. La propuesta de tan merecido homenaje se debe a la gestión realizada por Omar Ramírez, quien fuera compañero de varias expediciones y trabajos junto a Tammy y Amaury, además de haber sido también miembro del Espeleogrupo de Santo Domingo.

La propuesta del biólogo Omar Ramírez ante la Sala Capitular del Ayuntamiento del Distrito Nacional contó con el respaldo unánime de los regidores e incumbentes de las diferentes instancias del ADN y del propio Síndico del Distrito Nacional, quien fue representado por el Secretario General del Ayuntamiento, Domingo Contreras, al momento de la inauguración de las calles con los nombres de los espeleólogos Villalba y Domínguez.

Los nombres de los compañeros Amaury Villalba y Tammy Domínguez figuran también en sendas cuevas en El Pomier, Capital Prehistórica de las Antillas, en la provincia San Cristóbal.

El hecho de reconocer el trabajo y la dedicación de los espeleólogos Villalba y Domínguez hasta dedicarles para siempre el nombre de dos calles de nuestra ciudad capital, significa que los esfuerzos por la preservación de nuestros espacios naturales son observados con respeto por parte de un buen número de nuestra población.

Naturalmente, el reconocimiento no les devuelve la vida a esos queridos compañeros, pero eterniza la gratitud que todos sentimos por el trabajo y el desprendimiento que siempre mostraron con todos.

En adelante, será nuestra agradable obligación lograr que los ciudadanos que habitan ese sector de Santo Domingo, y los que transiten por esas calles, sepan la razón por la que llevan sus nombres, y que eso permita que la labor ejemplar de educación y conciencia que conocimos en vida de Tammy y Amaury se prolongue por muchas generaciones.

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