Dos cientistas analizan el accionar del corrupto

Dos cientistas analizan el accionar del corrupto

La corrupción es una práctica que daña a la sociedad, es propia de individuos que no ven los límites

Entorno familiar y social, pobreza de valores y permisividad optimizan génesis del corrupto


La corrupción y las personas que la protagonizan tienen vinculo que están estrechamente relacionado con el entorno familiar y social. Sus actores son personas que no conocen los límites y tienen ansias de poder y de reconocimiento social.

Algunos estudiosos, como los psicólogos vinculan la práctica a individuos educados sin límites y a los que desde las familias, todo se les concede. El tema es abordado por el sociólogo Celedionio Jiménez y el antropólogo Bernado Matías, ambos estudiosos y analistas de situaciones sociales.

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Celedonio Jiménez, sociólogo


Celedonio. La conducta corrupta y el corrupto toman cuerpo cuando en el ser humano surge la idea y la actitud de hacer crecer su patrimonio a toda costa. El que se corrompe no antepone el interés público al propio, por el contrario, piensa en elevar cada vez más su patrimonio.

El perfil del corrupto nace del hecho de no conocer ni reconocer valores positivos, y de no importarle la violación de las normas morales sancionadas o establecidas socialmente. El que infringe las reglas o las normas ya tiene una conducta corrupta, explica el profesional de la sociología. “No tiene límites porque en él opera una inclinación que es muy común entre los seres humanos: querer siempre más, no conformarse con lo que tiene”, analiza. Asegura que querer más se vuelve una vorágine, una actitud irrefrenable

“No creo que el ser humano nazca corrupto, soy partidario de que el medio en que se desarrolla el ser humano y los ejemplos que ve, son los que determinarán su conducta”, asegura. Sin embargo, asegura que hay una vieja discusión relacionada con el tema que involucra a Juan Jacobo Rousseau y Thomas Hobbes en el sentido de que mientras el primero entiende que el ser humano nace bueno y el medio lo daña, Hobbes sostiene que el hombre es malo por naturaleza.

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Bernardo Matías, antropólogo

Bernardo Matías. Para Matías, antropólogo social, la corrupción más que un problema individual, en la sociedad dominicana, toma carácter histórico y sistémico, es un grave problema social que impacta a la sociedades y deja enseñanzas negativas a los jóvenes. Analiza que las actitudes individuales corruptas se tornan colectivas, se institucionalizan y vuelven sistémicas.

“Todavía más terrible es que la corrupción se ha ido normalizando y asumiéndose como parte de nuestra cultura cotidiana”, afirma al insistir que es un problema seriamente vinculado a la falta de límites y a que no haya régimen de consecuencia.

A su juicio, la corrupción es una especie de gusano que corroe una gran parte del tejido social.

La corrupción implica la decisión de un individuo para sacar provechos personales en un entorno que le es favorable. Por tanto, no hay manera de separar la corrupción con el sistema de valores éticos que mueven a un individuo, dice Matías.

Los que más han estudiado la génesis particular del individuo que es corrupto, son los psicólogos. “Su sistema de valores tiene una profunda relación con la socialización familiar, social, comunitaria, política donde el individuo fue creando su identidad”, asegura y precisa que el individuo no nace corrupto, sino que una serie de componentes que van desde la familia hasta su mismo entorno social.

“Cuando el individuo se forma en un entorno de relativización de los valores éticos, se vuelve fácilmente corrupto en el momento que encuentra un entorno social flexible, tolerante y con una normalización de las transacciones corruptas”, analiza el profesional.

En este contexto, es muy importante destacar que los líderes son claves para enfrentar la corrupción, porque ellos de forma individual son socializadores y reproductores de valores en la sociedad y en sus espacios de influencia.

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