BARCELONA. ESPAÑA. El mercado de Sant Josep o de La Boquerían es  otro de los atractivos turísticos de la ciudad,  situado en el popular paseo de “Les Rambles”, donde  uno puede sentarse en una barra estrecha y corta en un rincón del mercado y mientras los tenderos venden frutas, verduras, embutidos o pescado.

Todos dispuestos de una forma lujuriosa y llena de color, puede tomar un sencillo pero riquísimo lenguado a la plancha acompañadocon una  “cava”, el vino espumoso catalán, que algunos aun llaman “champagne”, que da un aire festivo a cualquier comida y que está a un precio asequible.

Y para estar aún más cerca del Mediterráneo qué mejor que deleitarse con una paella de marisco en el “chiringuito Pez Vela”, en la playa de la Barceloneta, en un aire relajado y sedante.

Siempre por supuesto con una ración de pan con tomate inundado de aceite de oliva, el plato catalán por antonomasia que parece reunir toda la esencia de la cocina mediterránea en su expresión más elemental.

O tomar unas tapas siempre originales y sabrosas en uno de los bares de tapas más populares del momento, el diminuto pero concurridísimo “Cal Pep”, que debe estar en todas las guías turísticas del mundo a juzgar por la afluencia de gente de todas razas y lenguas.

Para los que desean vivir la noche, hay ambientes para todos los gustos, incluso discotecas para bailar, o aprender a bailar, música caribeña como Brisas del Caribe, o Club Mojito. El único “problema” es que solo abren a partir de la medianoche.

Además, las tiendas están en cada esquina, y en esta época del año  los visitantes pueden encontrar descuentos que van desde un 20 a un 70%. 

En  definitiva, Barcelona no es una ciudad para aburrirse.

Viven en ella casi tres millones de personas y tiene una gran vitalidad, pero no por ello deja de ser una ciudad tranquila, ordenada y relajada.