Del 8 al 12 del mes que discurre se celebraron en Bávaro, provincia La Altagracia, la 71ava. Asamblea General y el Consejo de Ministros de la Alianza de Países Productores de Cacao (COPAL), presidido por este último por vez primera por un dominicano, el Secretario de Estado de Agricultura, ingeniero Salvador (Chío) Jiménez.  La presidencia de la Asamblea General recayó sobre el que estas líneas escribe.  Hubo una magnífica asistencia de ocho de los diez países que conforman la organización que agrupa a los cosecheros de cacao que producen el 76% del total mundial.  Asimismo, al Consejo de Ministros asistieron cinco titulares (Cote d’Ivoire, Ghana, Nigeria, Malasia y Dominicana).

Después de discutidos los temas incluidos en cada uno de los Comités que componen la COPAL, procedimos en nuestra condición de presidente de la Asamblea General a rendir el informe correspondiente.  Dentro del Comité  de Promoción Genérico del Cacao se procedió a la creación de un organismo al cual se denominó “Foro consultivo del sector privado para la promoción, comercialización e industrialización del cacao”, una de cuyas metas consiste en tratar de conformar un núcleo de accionistas provenientes de los países miembros y estudiar la posibilidad de establecer un “Joint Venture” con alguna de las empresas de Malasia que en territorio de China continental y la India se dedican a la confección de productos  chocolateros.  En esto también se privilegió a nuestro país ya que fuimos elegidos presidente con el mandato de hacer contactos directos con dichas industrias y tratar de incorporarnos a las mismas.  Siendo ambos países de más de 1000 millones de habitantes pero de población y poder adquisitivo bajo, sería entonces conveniente iniciar suministrando cacao de baja calidad y precio para lograr una rápida penetración y aumento del consumo, sobre todo en la población infantil y la masa pobre.  Se calculó “a ojo de buen cubero”, que si un tercio de esas dos poblaciones consumen una onza anual de cacao, entonces deberíamos aumentar la producción del cacao  en más de cinco mil toneladas anuales.

Terminadas las reuniones de Bávaro, partimos esa misma noche hacia Londres, en donde la Organización Internacional del Cacao (ICCO) celebraría tres importantes reuniones del 15 al 19 de septiembre; a saber: Decimoséptima Reunión de la Junta de la Economía Cacaotera Mundial; ciento treinta y siete sesión del Comité Ejecutivo y la setenta y ocho reunión ordinaria del Consejo, órgano superior de la organización.

El lunes 15 se reunió la Junta Consultiva de la Economía Cacaotera Mundial, en donde nuestro compatriota, el licenciado Idelfonso Medina, vicepresidente de la misma en los últimos cuatro años, debía haber asumido la presidencia.  Sorpresivamente el Director Ejecutivo, doctor Jan Vingerhoest, nos informó que nuestro compañero le había enviado una misiva renunciando, ya que estaba cursando una maestría en una universidad extranjera, que le absorbía todo su tiempo libre.  Ante esta imprevista circunstancia, el Gobierno Dominicano procedió a designarnos apresuradamente como su sucesor con la buena fortuna que la delegación de Alemania –portavoz de los países consumidores- propuso nuestra candidatura a la presidencia, la cual para nuestro asombro, ya que era la primera vez que asistíamos, fue votada a unanimidad por dos años.  Ahora debemos preparar la Segunda Mesa Redonda sobre una Economía Cacaotera Sostenible, que se celebrará en Trinidad & Tobago del 24 al 27 de marzo de 2009.

Entendemos que no obstante las designaciones que fuimos objeto en las dos  organizaciones son intuitu persona, no debemos soslayar el hecho que son el resultado de una labor mancomunada entre el sector público y privado desarrollada dentro del pleno de la Comisión Nacional del Cacao; esfuerzos reconocidos y premiados, tanto por la COPAL como la ICCO.  En la economía cacaotera sostenible a nivel mundial, la República Dominicana ha alcanzado un lugar de preponderancia, ocupando el primer lugar en la exportación de cacao orgánico y se le reconoce además, como un excelente exportador de cacao fino o de aroma.