POR CLAUDIO CAAMAÑO Y HAMLET HERMANN
Son muchos los hoyos negros que tiene la historia dominicana contemporánea. Afortunadamente, algunos documentos nos han ayudado a reconstruir sucesos de un período que no ha sido muy estudiado todavía. Como fuente escrita de importancia está el diario del ex presidente Francisco Caamaño, el cual está siendo sometido a estudio por algunos de sus más allegados. Asimismo, el gobierno de Estados Unidos ha ido haciendo públicos algunos documentos que, en su época, fueron secretos. Tales fuentes originales nos han permitido atisbar a la verdad histórica que tanto necesitamos para entender algunos episodios todavía oscuros.
Luego de los acontecimientos de 1965, los principales oficiales constitucionalistas fueron ubicados en cargos diplomáticos en el exterior como forma de alejarlos del pueblo junto al que habían luchado. Desde su llegada a Londres, Francis Caamaño estuvo sometido al hostigamiento de los servicios de inteligencia de Estados Unidos que lo vigilaban constantemente. La experiencia que vivió en 1965 y las presiones a las que era sometido lo había convencido de que Estados Unidos estaba dispuesto a intervenir en los asuntos internos de cualquier país que intentara tomar un rumbo propio e independiente. La justeza de ese criterio se vio comprobada cuando en la Séptima Conferencia de Ejércitos Americanos celebrada en Buenos Aires el representante del gobierno de Balaguer calificó a Caamaño como traidor y a los constitucionalistas como representantes del comunismo internacional. Aquella fue la declaración formal de una guerra que el gobierno de Balaguer había estado desarrollando desde siempre contra los que defendieron la soberanía nacional.
A partir de ese momento, el ex presidente Caamaño empezó a organizar con sus seguidores más cercanos la lucha contra el gobierno producto de la invasión norteamericana. Luego de un año de preparativos desde Europa, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Coronel de Abril y ex Presidente de la República decidió trasladarse clandestinamente a Cuba. Desde allí, consideraba Caamaño, un grupo revolucionario podría ser entrenado con mayor calidad y seguridad. Para estos fines contó con la colaboración de algunos de sus más cercanos colaboradores. Fue así como, también con el apoyo del gobierno cubano, Caamaño organiza un viaje clandestino hacia Cuba y llega a ese país el primero de noviembre de 1967.
UN DOCUMENTO IMPORTANTE
La primera página del diario de Francisco Alberto Caamaño Deñó, en proceso de convertirse entonces en Román, está fechada 3 de noviembre de 1967, dos días después de su llegada a Cuba. A partir de entonces, fue llevando rigurosa nota de los principales acontecimientos que iban impactando en su nueva personalidad revolucionaria. Puede notarse en aquellos escritos cotidianos que sus mayores esperanzas estaban cifradas en los militares constitucionalistas que lo acompañaron dos años atrás, en 1965, en la lucha contra el invasor. No había confiado su desaparición desde Europa ni siquiera a sus familiares, sino a los oficiales que consideraba más confiables. En una carta que empezó a redactar para Juan Bosch el ocho de marzo de 1968, decía Caamaño:
Desde mi último viaje a Benidorm han pasado ya casi 5 meses, y creo que este contacto se hacia conveniente. El compañero Jesús, quien efectúa conmigo el contacto con usted y que aprovecho para presentarle es la persona que desde mi llegada a esta, está en más estrecha relación conmigo y con todo lo que se refiere a nuestra querida patria, este mismo compañero sostuvo una entrevista con los compañeros Héctor L. y Montes Arache en Holanda el día 29-11-67 y por instrucciones mías llevó toda una serie de documentos e instrucciones a los compañeros, he considerado que es en vista de esto la persona más indicada para entrevistarse con ustedes por lo que le ruego tener absoluta confianza en todo cuanto sea necesario.
El Jesús al cual se refiere Caamaño en sus apuntes era un funcionario del Ministerio del Interior a quien el gobierno cubano había designado para que fuera el enlace con la estructura política de aquel país.
Dos días después, Caamaño continúa escribiendo la carta para Bosch y anota:
El día 29-11-67, los compañeros de Holanda recibieron un plan exhaustivo sobre tareas concretas que ellos deberían desarrollar, tal como lo habíamos acordado en nuestras últimas conversaciones, así como una carta explicativa mía, por cierto bien clara sobre todos los pasos que yo daba y que ellos a su vez deberían de dar. En el plan que les envié, fueron anexo al mismo, documentos para viajar (clandestino) de varias personas, (Vegé – Comp. Vicentica – Sgto. Santiago – Nilson Bobadilla – Cadete Garrido y Cadete Paulino) y toda una serie de instrucciones para traer a esta otros compañeros (Quezada – Ureña – Ubiera Padua – etc.) También $10,000.00 dólares para que pudieran resolver problemas diferentes, inclusive operación que el compañero Montes Arache debería realizarse en el oído, ayuda al compañero Lachapelle para operación de su hijita, etc., así como poder movilizarse tanto ellos como los hombres que fueran llegando.
Un párrafo más adelante, Caamaño alerta a Bosch sobre la indiscreción de un antiguo miembro del gabinete constitucionalista quien le había comunicado a un partido de izquierda «las conversaciones sostenidas con usted y los compañeros Héctor Lachapelle y Montes Arache con respecto al lugar donde yo me encontraba».
Se desprende del diario que, tanto el profesor Juan Bosch como Montes Arache y Lachapelle Díaz, estaban en conocimiento de los planes de Caamaño para irse a Cuba e, incluso, los dos militares se habían comprometido a secundar las acciones de quien fuera su jefe en la lucha patriótica de 1965.
OTRO DOCUMENTO IMPORTANTE
Otro documento de gran importancia, considerado secreto hasta el año 2000, es uno referido por Bebé Rebozo, un asistente cercano al presidente Richard Nixon en la Casa Blanca, a Dick Allen de la Agencia Central de Inteligencia. Entre otras cosas, éste contenía los resultados de una reunión entre dos militares constitucionalistas y dos enviados del presidente Balaguer. Estos datos aparecen en un documento desclasificado el 29 de agosto de 2000 por la CIA, numerado como CIA-RDP79B01737A000400060001-1. Una traducción de su texto original en inglés dice:
En mayo de este año (1968) el coronel Ney Tejeda y Camilo Padreda viajaron hasta Madrid donde se reunieron y conferenciaron con el coronel Montes Arache, agregado militar dominicano en París, antiguamente un líder del movimiento constitucionalista, y el capitán Deschapelles (sic) agregado militar en Holanda. Deschapelles (sic) y Montes Arache informaron a Ney Tejeda y a Padreda sobre los planes de Caamaño y Bosch para invadir Santo Domingo y encabezar una revolución contra Balaguer. Esta información fue grabada en cinta y entregada a un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en Madrid. Aunque las andanzas de Caamaño en este momento no son conocidas, ambos la Embajada en Santo Domingo y el presidente Balaguer están al tanto de los planes que adelanta la facción Caamaño-Bosch.
Para cumplir con esa cita, Montes Arache se había desplazado hasta la capital española desde Francia y Lachapelle Díaz desde Holanda, donde se desempeñaban como agregados militares. Tejeda Alvarez era en ese momento el comandante del Cuerpo de Seguridad de la Presidencia de la República, un organismo creado como instrumento de la política represiva del gobierno de Balaguer luego de la Guerra de Abril. Posteriormente ese cuerpo sería desintegrado por el propio Presidente de la República al comprobarse los excesivos actos de terrorismo que realizaban.
Camilo Padreda era un antiguo agente de la policía secreta de la dictadura de Batista que había huido de Cuba luego del triunfo del Ejército Rebelde en enero de 1959. Ya en Estados Unidos fue condenado posteriormente en los tribunales norteamericanos por fraudes bancarios y tráfico de drogas. Estaba vinculado a los grupos terroristas de origen cubano en Florida y, no obstante esos antecedentes, posteriormente se asociaría con Jeb Bush, actual gobernador de ese Estado, pasando a formar parte del equipo de recaudación de fondos del Partido Republicano.
COROLARIO
He ahí dos documentos que plantean actitudes de algunos de sus protagonistas. La verdad está en algún lado y tendremos que seguir buscando fuentes originales hasta llegar a ella. Sólo entonces estaremos en condiciones de separar la paja del grano, para diferenciar a los patriotas de los farsantes.