Dos grandes siervas de Dios

Dos grandes siervas de Dios

LEONOR ASILIS
Jesús, y como si fuese una coincidencia el próximo 15 de octubre la Iglesia celebra la Fiesta de la grande, Santa Teresa de Jesús 

“No poseo el valor para buscar plegarias hermosas en los libros; al no saber cuales escoger, reacciono como los niños; le digo sencillamente al buen Dios lo que necesito, y Él siempre me comprende.” Santa Teresita del Niño Jesús.

Hoy es la fiesta de la pequeñita, Santa Teresita del Niño Jesús, y como si fuese una coincidencia pero para los creyentes es llamada diosidencia, el próximo 15 de octubre la Iglesia celebra la Fiesta de la grande, Santa Teresa de Jesús.

Ambas Teresas, santas y doctoras persiguieron al gran ideal: el único que nos llena y desborda, a nuestro Dios, Padre todopoderoso y eterno.

Diferentes estilos y un mismo propósito. Conozcámoslas mas de cerca: La pequeña, Teresita, nombrada por la Iglesia Patrona Espiritual de las Misiones extranjeras, entendió muy bien las palabras del Señor: “Si no os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”, y así se sentía ante Él, pequeña, confiada, sencilla y humilde.

Se entregó a la vida religiosa desde niña y a pesar de su corta vida en esta tierra, donde no sobresalió entre las demás monjas del convento que pertenecía, de las Carmelitas de Lisieux, inmediatamente después de su muerte muchos milagros han acontecido a quienes la invocan para su intercesión ante el Padre.

Por medio de sus cartas, testimonios y su autobiografía “Historia de un Alma”, millones de personas se han enriquecido de su espiritualidad acercándose a Dios.

Decía: “Mi caminito es el camino de una infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta”.

La iglesia reconoce la enseñanza profunda y válida del “caminito de Santa Teresita” lo cual conlleva a aceptar nuestras propias limitaciones y el dar de todo corazón, lo que tengamos, no importa lo pequeña que sea nuestra ofrenda”.

Ahora, dirijamos nuestra mirada espiritual hacia Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora. Detengámonos en que le ayudó a crecer en santidad para que aprendamos también de ella.  Teresa tuvo dos ayudas formidables para crecer en santidad: su gran inclinación a escuchar sermones y su devoción por grandes personajes espirituales.

Además de su inmensa devoción por la Santísima Virgen y su fe total en el poder intercesor de San José, ella le rezaba frecuentemente a dos grandes convertidos: San Agustín de Hipona y Santa María Magdalena.

De Santa María Magdalena aprendió a meditar sobre la pasión y muerte de Jesús y de San Agustín leyó con avidez su autobiografía, el famoso libro “Confesiones” donde aprendió a mirarse hacia dentro y a sincerarse consigo misma y con Dios.

Santa Teresa hizo grandes aportes a la Iglesia: fue Reformadora del Carmelo, Madre espiritual de los Carmelitas y las Carmelitas descalzos y es considerada Patrona de los escritores católicos.

Autora de estas profundas palabras: “Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta”.

leonor.asilis@verizon.net.do

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