Dos menores murieron calcinados

Dos menores murieron calcinados

POR JUAN MARIA RAMIREZ
Dos hermanos, de 8 y 9 años, murieron ayer carbonizados  y unas 25 viviendas quedaron destruidas en el sector Villa Nazaret, de Bayona, en Santo Domingo Oeste, en un incendio ocurrido la madrugada de este domingo en la cuartería La Embajada, en la calle Jerusalén. Los menores fallecidos son José Manuel Mejía, de ocho años, y Emilio Mejía de 9, hijos de Maritza Mejía Castellano, inquilina en una de las viviendas, propiedad de los hermanos Virgilio y Dolores Montero Montero, construidas de madera y zinc.

El fuego se originó alrededor de las 3:30 de la madrugada, pero los bomberos fueron avisados 45 minutos más tarde y cuando llegaron prácticamente todo estaba reducido a cenizas.

La madre y otros dos hermanitos, que también dormían en la misma habitación, fueron salvados milagrosamente, ya que todo indica que el incendio comenzó precisamente por esa vivienda.

Los hermanos rescatados con vidas fueron Laura Emiliano, de 6 años, y Daniel Mejía, de 5, quienes fueron llevados junto con su madre, a la casa de su abuela materna en la calle Máximo Rosa número 4, en Bayona, a varias cuadras de donde ocurrió el hecho.  

Debido al estado en que quedaron los cuerpos de los niños, a las 10:30 de la mañana salieron con los féretros hacia el Cementerio Cristo Redentor.

NO LO CREIA

La madre de los niños no creía que sus «muchachitos» estaban muertos, decía en medio del llanto que se lo buscaran en la casa, porque estaban escondidos.

Abrazada a los dos más pequeños, pedía insistentemente que le llevaran a José Manuel y a Emilio porque mañana (hoy lunes) irían a la escuela y el martes a Rehabilitación, donde al parecer llevaban un tratamiento.

Maritza tenía ocho hijos, ahora de seis,  cuatro vivían con ella en la cuartería La Embajada y los demás en la casa de la abuela, en la calle Máximo Rosa.

Además de los dos más pequeños salvados del fuego, están José Antonio, de 20 años; Juan Carlos, de 16,  Maddeline, de 12, Carolina, 11.

La mayoría de los habitantes de La Embajada son haitianos, y en la zona existe la sospecha de que el siniestro fue provocado. Se dijo que un hombre había discutido con Montero Montero, uno de los propietarios de las viviendas.

Las versiones recogidas en el lugar señalaron que el hombre, de quien solamente saben que se identifica como Manuel, había amenazado a Montero Montero porque le había tumbado una puerta luego de varias exigencias para que abandonara la casa que tenía rentada.

Las autoridades de socorro que acudieron a la zona, Cuerpos de Bomberos, Defensa Civil y Policía Nacional, profundizaban investigación para determinar la causa del fuego que segó la vida de los hermanos.

La tragedia conmovió a Bayona, que acudió en masa al lugar, donde las lamentaciones, las penas y el sollozo, arropaban el ambiente de dolor por las muertes y la desaparición de la cuartería.

La operación para apagar el fuego fue dirigida por el coronel, Rolando Cuello Segura, jefe del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo Oeste.

El teniente coronel Radhamés Díaz, relacionista de los Bomberos de Santo Domingo Oeste, precisó que cinco unidades de ese cuerpo acudieron de inmediato al lugar, pero cuando llegaron ya todo había sido consumido por el fuego.

Díaz consideró que al parecer no hubo heridos porque la mayoría de los habitantes en La Embajada son haitianos que se quedan en los lugares donde trabajan.

TESTIMONIO

William Galva y Guadalupe Lorenza, ambos haitianos, que llevaban siete años en La Embajada, narraron que no saben cómo pudieron salir vivos del incendio que devoró hasta los alambres de las camas.

Galva expuso que daba pena ver la cantidad de niños desnudos que salieron corriendo  sin rumbo en medio del fuego. Cree que el mismo Dios los salvó de morir calcinados. 

Lorenza expuso que desde tempranas horas de la noche presintió que algo iba a suceder, por lo que decidió tomar la Biblia y orar, intentó dormir como a las 2:00 de la madrugada pero sin lograrlo, y una hora después comenzó el fuego.

Sostuvo que cuando observó el incendio comenzó a gritar y llamar a los vecinos, con lo que se evitó que la tragedia fuera mayor en el aspecto humano.

Luis Acosta Moreta (El Gallo), Director General de Desarrollo de la Comunidad (DGDC) quien se enteró de la tragedia en la redacción de HOY, de inmediato acudió con una brigada para auxiliar a los damnificados.

El funcionario entregó a los afectados 120 mosquiteros, 120 raciones de comida, así como 120 linternas, hasta tanto las familias sean reubicadas en lugares seguros.

Los ataúdes para los dos niños fueron donados por la Secretaría de Salud Pública aunque también La Defensa Civil llevó dos cajas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas