Dos nuevos libros: cal y arena

Dos nuevos libros: cal y arena

 Acaban de ser impresos mis dos más recientes (¡que no los últimos!) libros, ambos sobre la prensa, y en vez de realizar una presentación en que se disipan rápidamente unos pesitos, he optado por donar ese dinero a varias entidades benéficas. Así como quedan sin comerse los bocadillos y sin tomar los refrescos y vinos, unos apuntes que iba a decir quedaron a medio talle.

 Me iba a referir, entre otras cosillas, a un artículo del jueves primero de agosto del 2013, fecha del 50mo aniversario de la vuelta del Listín en 1963 y los 124 años de su fundación, titulado “En el Listín, 50 años después”, de mi amigo Santiago Estrella Veloz (premio de periodismo Corripio 2012), en que éste comentó:

Comienza mi cita: “La redacción de ese entonces estaba compuesta por verdaderas ‘estrellas del periodismo’, con sus altas y bajas, pero fundamentalmente por jóvenes que sentíamos una profunda pasión por el oficio, desvinculados de intereses económicos y políticos. Infortunadamente, esos ideales se marchitaron, a tal punto que hoy en día podemos ver a muchos colegas que ganan sueldos de miseria y, sin embargo, poseen bienes materiales (casas, apartamentos, yipetas, fincas) cuyos orígenes les sería difícil explicar. Es decir, gozan de un nivel de vida incompatible con sus ingresos.

Hay, como en todo, excepciones, que son aquellos colegas que se han mantenido desde hace más de 20 ó 30 años o quizás más con programas de radio, televisión u oficinas de asesores o de relaciones públicas, cuyos ingresos legítimos permiten justificar los bienes que poseen”.  Fin de cita. Esto que preocupa a mi amigo don Santiago es uno de los temas de mis dos nuevos libros que llegaron a las librerías esta semana. En uno, titulado “Diatribas”, hay un análisis de lo que a mi juicio es parte de lo peor de la prensa dominicana. No toda corrupción es dineraria. En el otro, “Encomio de la Prensa” (un “antídoto” al primero), intento resaltar lo mejor del periodismo criollo.

A cualquier periodista que le duela su oficio debería preocuparle que a tan poca gente le importe la suerte de una ocupación de cuya vitalidad e integridad depende en buena medida la salud de la democracia. Quizás estos libros nuevos no tengan el éxito de venta a que cualquiera aspira, pero estaré satisfecho si provocan que a quienes corresponde piensen sobre estos asuntos…

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