Dos nuevos tuertos

Dos nuevos tuertos

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
No sé si creerlo pero me dicen que hay gente que pierde la vista, el oído, el olfato y actúa, o deja de actuar, como si hubiera mandado la vergüenza de vacaciones.

El último gran escándalo protagonizado por los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados no me extraña porque hace mucho que estoy curado de espanto. Veo la disputa pública por la forma en que se reparten fondos públicos de manera inadecuada, inmoral, ilegal y hago un poco de memoria. El primer partido que colocó a muchos de los dirigentes como «Asesores» de la Cámara de Diputados con fuertes sumas mensuales como sueldos, fue el de la Liberación Dominicana, cuando la Presidencia de la Cámara Baja estuvo en manos de Danilo Medina y Norge Botello.

Esas «asesorías» se convirtieron en un sueldo mensual que se otorgaba por la posición ocupada en el partido sin que, en la mayoría de los casos, se prestara ningún servicio. Entonces no había un departamento de lucha contra la corrupción.

El Partido Revolucionario Dominicano no se quedó atrás y cuando Rafael Peguero Méndez presidía la Cámara Baja hubo un fuerte reclamo del doctor Tirso Mejía Ricart, quien reclamó que habían bajado el monto del sueldo por la Asesoría que se le asignó. Peguero Méndez, de quien Juan Bosch decía que era descendiente de Buenaventura Báez y heredero de su sabichosería política, respondió algo así como que había democratizado las asesorías y repartido los sueldos entre un mayor número de personas.

Desde antes que el PLD colocara a su gente en el presupuesto de la Cámara de Diputados, hubo esas «asesorías» aunque de modo menos escandaloso.

De alto o de bajo monto, el uso de fondos públicos para favorecer compañeros de partido es un acto de corrupción que debe ser perseguido y condenado por la justicia.

El Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos se ha convertido en un relajo que maneja la mayoría que favorece el uso de los fondos públicos para beneficio del partido en el poder y para sus conmilitones de toda índole, incluyendo los profesionales a quienes se les asignan, de manera graciosa, la ejecución de obras multimillonarias sin que se investigue, posteriormente, la calidad de la misma, el costo unitario, la vida útil, etc.

El presidente del Senado arrojó sapos y culebras contra el presidente de la Cámara de Diputados y antes de que el último respondiera un organismo del PLD le ordenó callar, no responder…a lo cual accedió el funcionario.

No me canso de pensar cómo el doctor José Joaquín Bidó Medina, quien preside un organismo presidencial para cuidar de la transparencia, la honestidad y la seriedad en el manejo de la cosa pública, se deja coger de mojiganga, a su edad.

Del doctor Octavio Pimentel Lister pienso que pierde una brillante oportunidad de demostrar que actúa con seriedad contra los actos de corrupción, pues ahora se tiene la convicción de que sólo ve, atiende y pregona los que supuestamente comete la oposición.

Y de los curas que se meten en todo, que vean quiénes son sus defendidos, en los altos niveles.

Hay que tener una piel de cocodrilo para defender esa distorsión en el uso de fondos públicos tipificada en el Código Penal.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas