Dos obras imprescindibles para la agroindustria

Dos obras imprescindibles para la agroindustria

El presidente licenciado Danilo Medina Sánchez había prometido durante la campaña electoral que lo catapultó hacia la presidencia de la República, que una vez en el poder, abordaría la construcción de la Presa de Monte Grande y la carretera que une a Rancho Arriba con Piedra Blanca. Sin embargo, en el presupuesto que se va a ejecutar el año venidero, ninguno de los dos proyectos figuran en el mismo.

No cabe dudas, que cuando el presidente Medina hizo aquellas promesas, nunca imaginó en el estado desastroso que iría a encontrar el erario una vez asumiera la primera magistratura. Su prudencia y sobre todo experiencia, le ha aconsejado no hurgar en la precariedad económica existente, un doloroso legado de su antecesor, quien no solo agotó las reservas tangibles del Estado Dominicano, sino que hizo acuerdos y compromisos que endeudaron al país de una manera tan compleja, que Danilo Medina ha quedado maniatado, para poder cumplir con lo prometido. Es por eso, que contrario a lo que hizo su antecesor, no puede culpar al Gobierno anterior porque están en la misma parcela política y atentaría contra actuaciones nefastas de su propio partido.

Creíamos que con el nuevo acuerdo logrado con la Barrick Gold, los recursos recuperados irían a destinarse a obras más productivas y de mayor prioridad para la población dominicana, como lo sería la presa de Monte Grande, en lugar de continuar con la tercera línea del Metro, que sin lugar a dudas es muy necesaria ya que serviría una amplia zona de la parte oriental de la capital, pero, producir energía eléctrica e irrigar miles de tareas para la producción de bienes destinados a la alimentación del pueblo, debería ser una prioridad nacional. Por eso estamos con el Obispo cuando exclama “Montegrande es nuestro Metro”. Asimismo, corroboramos con los legisladores de las provincias que beneficiará la Presa, en el sentido, de que el Sur también es República Dominicana y por lo tanto, son merecedores de obras que desarrollen y produzcan riqueza para tan empobrecida región.

La carretera Rancho Arriba-Piedra Blanca es harina de otro costal. Debemos recordar, que bien o mal esta vía era transitable hasta que el gobierno de Jorge Blanco se le otorgó de grado a grado a la constructora Mera, presidida por un hermano de la señora Asela Mera de Jorge.

La constructora Mera inició una serie de cortes sin percatarse, que debajo de la roca que tronchaban, existía un material calichoso de muy mala calidad y que por lo tanto, se producirían deslizamientos por doquier. El mismo constructor abandonó la construcción cuando advirtió que no tenía los equipos sofisticados necesarios para la ejecución de la misma y que el beneficio que pensaba obtener, sería muy pingüe o tendría que utilizar su parentesco, para obtener compensaciones adicionales.

Norberto Odebrecht, la compañía constructora gigantesca brasileña está terminando de una manera que podríamos calificar de impresionante, la vertiente Sur; es decir, desde el Cruce de Ocoa en la carretera Sánchez hasta San José de Ocoa. Los que han recorrido ese tramo carretero, de seguro han quedado boquiabiertos por los cortes revestidos de un material antideslizante y por los desagües verticales que a simple vista se aprecian. Entonces ¿Por qué no pedirle a esta Constructora que financie hasta el próximo Presupuesto Nacional la terminación hasta Piedra Blanca?

Los que hemos pasado penurias en esta mal llamada carretera en el cual la peligrosidad está latente por el mal estado del pavimento, agravado también por amenazantes precipicios, creemos que no ha habido más pérdidas humanas, por estar protegidos por la Divina Providencia. Sin embargo, los que no corren la misma suerte son los vehículos de motor que sufren severos daños y muchas veces volcaduras.

Los hombres del campo han sido siempre personas muy prácticas y tienen un refrán que cae como anillo al dedo: “La peor diligencia es la que no se hace”. Por tanto, pedimos al superior Gobierno, que tantee la posibilidad de Odebrecht o cualquier compañía en disposición de construirla. Eso sí, el Estado Dominicano debe comprometerse, que tan pronto perciba fondos extraordinarios, los mismos se destinarían a estas dos indispensables realizaciones. Así podremos exclamar como los que están en el poder ¡Manos a la obral

Publicaciones Relacionadas

Más leídas