Dos obras paralelas fallidas

Dos obras paralelas fallidas

Estas obras faraónicas concebidas únicamente para beneficiar a políticos y lobistas gubernamentales, tienen un origen muy similar y un solo propósito, lucrar a uno o varios “todopoderosos” del corrupto mundo político, en acciones desvergonzadas, sin que resulten traducidos ante los tribunales judiciales, los gobernantes responsables de tan graves desafueros. En nuestro caso, el resultado ha sido dos magníficas construcciones, pero desprovistas de visión para el fin que fueron ejecutadas, lo cual las convierte en “dos elefantes blancos”. Nos referimos al aeropuerto Don Quijote, en la manchega Ciudad Real, España, y el aeropuerto María Montez ubicado en Barahona, República Dominicana.

Debe quedar bien entendido, que para construir un aeropuerto se debe contar con una excelente ubicación geográfica, así como en sus alrededores, una o varias ciudades importantes, lo cual permitirá mantener el flujo de usuarios necesarios para alcanzar la rentabilidad que justifique esa gran inversión.

La Unión Europea consideró a España un país que necesitaba de préstamos blandos para poder ponerse a tono con las naciones más desarrolladas de Europa. En ese sentido, los españoles pensaron que ese dinero fácil, posiblemente sería repagado a largo plazo y que los fondos eran incalculables. Por eso, surgieron una serie de proyectos y obras, sin los estudios de factibilidad que por lo menos establecieran la necesidad de la obra. Pensaron que el aeropuerto de Barajas en Madrid necesitaba una segunda terminal de carga y, sin un análisis previo, iniciaron en 2003 su construcción. Sin embargo, no vislumbraron la crisis económica mundial que se avecinaba, la cual ha puesto a muchos países europeos y de otra parte del mundo, en situación de bancarrota.

¿Cuál fue el costo de la obra? Debido a los malos manejos y encubrimientos, se afirma que costó entre 500 y 1000 millones de euros. Muy pocas compañías aéreas trataron de establecerse en él, si exceptuamos las de bajo costo como Vueling y Ryanair, las cuales, ante la falta de usuarios, “echaron un pie”. Actualmente, el aeropuerto está en venta en pública subasta y se estima que el precio de venta rondará los 100 millones de euros, si es que alguien se anima a comprar este “mamotreto” y transformarlo en algo útil.

En nuestro país, pasó algo muy similar. Sin haberse desarrollado el polo turístico del Sur, que comprende Azua, Barahona y Pedernales, políticos megalómanos acompañados de empresarios y operadores turísticos sin experiencia, indujeron al Gobierno de turno a emprender esta quimera en el cual se utilizó de manera subrepticia, el nombre de María Montez, famosa actriz de Hollywood denominada en los años 40, la Reina del Tecnicolor, la cual era oriunda de Barahona.

El terreno seleccionado queda en la sección de Habanero en las cercanías de la ciudad de Barahona del Sur, como la denominaban mis compañeros universitarios para diferenciarla de la calle Barahona de Santo Domingo, que en aquella época tenía algunos lupanares y no querían inducir a que los interlocutores tuvieran pensamientos turbios.

Si bien es cierto, que el aeropuerto María Montez es una estructura capaz de permitir el aterrizaje de aviones barriga ancha, ya que posee 3,000 metros de pista y 45 metros de ancho, no es menos cierto, que la ciudad de Barahona no posee la infraestructura hotelera ni playas acondicionadas para recibir un gran flujo de turistas. Debido a esto, las pocas compañías aéreas que han pretendido establecerse, han tenido que desistir de la idea al no contar con una clientela fija que por lo menos les permitiese cubrir el costo de operaciones.

Desde el 27 de abril de 1996, que fue inaugurado por el presidente doctor Joaquín Balaguer, la mayoría de los vuelos que tocan el María Montez lo constituyen pequeñas aeronaves de empresarios que tienen negocios en la zona. En una ocasión, la MM Aviation, una empresa puertorriqueña, se comprometió a realizar un vuelo semanal entre San Juan y Barahona, y eso no llegó a materializarse. Sin embargo, a raíz del terremoto de Haití en el 2010, este aeropuerto sirvió para que la ayuda internacional fuese descargada y llevada al vecino país, al menor tiempo y distancia. Sin grandes instalaciones turísticas y una zona bastante despoblada carente de grandes ciudades, es imposible pensar en un desarrollo de este aeropuerto a corto plazo. Para no ofender, pienso que se adelantaron en el tiempo, lo cual no impide, que cuando se fomente Bahía de las Águilas en Pedernales, otro gallo cantará y entonces veremos el exitoso despegue del María Montez.

 

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